Así lo afirmó el presidente del Honorable Concejo Deliberante local, Rodrigo Hidalgo, quien realizó un balance positivo de su primer año de gestión. Resaltó los avances en transparencia, las mejoras internas y la colaboración con distintos actores para lograr objetivos clave.
Durante su primer año como presidente del Concejo Deliberante, Rodrigo Hidalgo destacó el trabajo realizado para modernizar la institución. «Se implementó un sistema de gestión documental que agiliza los trámites y mejora la transparencia, facilitando las respuestas a los vecinos», afirmó. También se renovó el sistema informático y se avanzó en la compra de una camioneta para facilitar el acceso de los concejales a zonas rurales del departamento.
En cuanto a las actualizaciones normativas, Hidalgo mencionó que el reglamento interno del Concejo está en proceso de modernización, ya que el actual «se encontraba obsoleto». Además, anunció la implementación de un manual de funcionamiento interno, un documento innovador en Mendoza que busca optimizar las funciones administrativas y mejorar el trabajo de los empleados.
Consultado sobre el acompañamiento de los bloques, resaltó el diálogo constante como pilar de su gestión. «Recorro el Concejo diariamente, escucho a las distintas áreas y busco resolver necesidades», expresó. También valoró el trabajo en comisiones y la respuesta a expedientes heredados de gestiones anteriores, además de acciones clave como la declaración de emergencias ambiental y económica, que permitieron ordenar las cuentas municipales.
Uno de los logros que destacó fue el diálogo con los concejos deliberantes de San Rafael y General Alvear. «Hemos sacado piezas legales en conjunto para visibilizar necesidades regionales y fomentar el desarrollo del sur de Mendoza», señaló. Este trabajo continuará en 2025, con un próximo encuentro en San Rafael en marzo.
Sobre el próximo año, Hidalgo anticipó debates clave en el Concejo, como el proyecto de autonomía municipal presentado por el Intendente. Este proceso incluye jornadas informativas y eventualmente la redacción de una carta orgánica que permitirá a Malargüe gestionar recursos con mayor independencia, aunque siempre enmarcados en las leyes provinciales y nacionales. «Es un paso fundamental para nuestra identidad y desarrollo local», concluyó.