Los dueños acusan a la Dirección de Zoonosis y Veterinaria de no hacerse cargo de la búsqueda del animal. Desde dicha dependencia aclaran la situación. Luego de 48 horas de estar extraviado, apareció.
El pasado martes, mientras aguardaba su turno para ser castrada, Rosita, una perra caniche de 3 años, se dio a la fuga de la oficina de Zoonosis, donde se realizan estas prácticas.
“Teníamos turno para castrarla a las 8 de la mañana, entre que no conseguíamos movilidad, llegamos a las 9; llenamos un formulario y el chico nos dijo que cerca de las 12 nos iban a llamar para que vayamos a buscarla”, relató para Malargüe a Diario Leonela Guajardo, dueña de Rosita y continuó: “A las 9:15 nos llamaron para avisarnos que la perrita se les había escapado, el justificativo que nos dieron es que la perrita tenía que ir con collar y correa, no se hicieron cargo de nada, ni ayudaron a buscarla”.
Según manifestó Leonela, cuando ella dejó a Rosita a cargo de la Dirección de Zoonosis se encontraba en una jaula. “Ese mismo día me comuniqué con el Director y me dijo que ellos no podían hacer nada, hicimos la denuncia en la Policía y en la Fiscalía, pero en Zoonosis no tienen respuesta de nada, queremos que ayuden a buscarla porque la culpa fue de ellos”, expresó en un principio nuestra entrevistada.
Por su parte, la veterinaria a cargo en el momento que sucedió este acontecimiento, María Eugenia Guiñazú, informó que el animal en cuestión llegó a Zoonosis sin un turno entregado directamente por esta dependencia, “nosotros, cuando llamamos a los pacientes para que vengan, les explicamos cuáles son las condiciones con las cuales tienen que venir; con cadena, con collar y con bozal si son agresivos, en el caso de los gatos tienen que venir en alguna caja o jaula transportadora; esa charla con ellos no la tuvimos porque el turno se lo dimos a unas personas que trabajan en una empresa que suelen tener animales sin dueño y nos traen los animalitos a nosotros para proceder con la castración”.
Según explicó Guiñazú, el error radicó en haber aceptado realizar la cirugía sin cumplir con las condiciones necesarias, “sin collar, sin correa ni ningún elemento de sujección; por ello decidimos colocarla en una jaula, no es un lugar que el animal conozca, no estaban sus dueños, son otros olores y no reconocen los sonidos; cuando los vamos a manipular muchos reaccionan de manera agresiva; cuando intentamos sacarla de la jaula se notaba que estaba ansiosa y nerviosa, reaccionó de una manera extraña y, en ese momento, se nos zafó”. Sumada a esta situación, explicó Guiñazú, la puerta de entrada a esta Dirección se encontraba abierta, “ya que es una oficina pública y siempre hay gente entrando y saliendo, y así fue que se escapa”.
Respecto a la búsqueda del can, Guiñazú informó que, desde un primer momento tanto ella como dos agentes de esta dependencia, estuvieron a cargo de la misma: “La seguimos y no nos podíamos acercar porque reaccionaba de manera agresiva, llamamos al dueño, quien vino a la oficina pero no al lugar donde estaba la perra; incluso un compañero pidió una bicicleta prestada para seguirla, yo en mi auto personal y otra chica caminando, hicimos un rastrillaje pero no podíamos encontrarla, estuvimos preguntando en los comercios y a los vecinos”. La veterinaria explicó que, desde que la perra se escapó, personal de Zoonosis la está buscando por la mañana y tarde, “en un libro de actas dejamos asentado el testimonio de varios de los vecinos con los que estuvimos hablando, no están todos pero reunimos a varios para que se vea que seguimos el recorrido de la perra”.
Además, la médica Guiñazú manifestó en un principio que la búsqueda va a continuar, “si nos dan datos certeros, nosotros vamos, estamos permanentemente alerta para ver si encontramos a la perra; hay que entender que nosotros somos humanos, los perros reaccionan de diferentes maneras, cuando la quisimos agarrar nos resultó muy difícil, más que nada, porque no tenía los medios de sujeción”.
Por último, la profesional citó la Ley Provincial 3588, de reglamentación para tenencia de canes, que en su artículo 1 inciso b habla sobre el Confinamiento domiciliario, “el cual solo podrá interrumpirse por cortos períodos, siempre que el can salga provisto de bozal y collar y sujeto por persona responsable, por medio de cadena y trailla”.
Por otro lado, la ordenanza municipal Nº1754/14 en su artículo 8 manifiesta que “los canes solo podrán circular por calles y espacio públicos en compañía de sus tenedores y sujetos con el correspondiente collar y correa”. Según explicó Guiñazú, en el 2019 esta ordenanza sufrió una modificación, “se le suman las multas, que no estaban contempladas”.
Finalmente, el jueves por la tarde, la familia de Rosita se reencontró con su mascota, “ella está bien, la encontramos cerca de la zona donde se escapó”, informó la dueña a Malargüe a Diario.