Con 21 años y un fuerte compromiso con la inclusión, la representante de Malargüe vive con intensidad la experiencia vendimial mientras proyecta su futuro en la educación y el deporte.
Para Catalina Di Marco, la Vendimia 2025 es mucho más que un certamen. Es el cumplimiento de un sueño que tuvo desde siempre: “Siempre quise presentarme y poder vivir la experiencia, también era un sueño que tenía… poder representar a mi departamento, promocionar su riqueza cultural y turística. Para mí es un orgullo”.
Catalina tiene 21 años y cursa el tercer año del profesorado de Educación Física. Hasta hace poco, sus días transcurrían entre las clases, las horas de estudio y sus entrenamientos: “Un día antes mío, entrenaba tres días a la semana, cursaba por las mañanas y en las tardes estudiaba”. Pero, desde que asumió su rol como representante de Malargüe, su rutina se transformó por completo: “Ahora mis días son más intensos, con muchas actividades y viajes, pero siempre disfrutando lo que me brinda Vendimia”.
El deporte siempre fue parte de su vida. “Jugué al hockey de los 8 a los 20 años. De chiquita jugué en Club Llancanelo y también entrené con Club Atómica. A partir de los 14 años, en Club Maristas”. En la actualidad, se dedica al atletismo bajo la preparación de Florentino Correas y ya ha participado en varias competencias, entre ellas la Maratón Nocturna 2024 en Malargüe. Su amor por la actividad física también se refleja en su vida universitaria: “En la facultad participo en varios deportes como tenis, pádel, atletismo, hockey, salto en largo y básquet también”.
Más allá del brillo y la emoción que implica la fiesta, Catalina tiene un propósito claro. Su compromiso va más allá del título y apunta a dejar una huella en su comunidad. “Voy a apoyar a la institución de Tenis Rompiendo Barreras”, afirmó en referencia al programa municipal que fomenta el acceso al deporte para personas con discapacidad.
Su proyecto personal también está ligado a la inclusión: “Quiero adaptar cada actividad que se realice para que los chicos con diferentes discapacidades también puedan vivir la experiencia. Mi idea es dar capacitaciones sobre el tema, participar en los eventos que se realicen, etc.”.
Su paso por Vendimia también tuvo una preparación especial. “El año pasado hice el curso de modelaje antes de presentarme como candidata para reina”, comentó. Y aunque su vida ha cambiado con la representación de Malargüe, sigue disfrutando de las cosas simples: “Me gusta salir a correr, estar con mi familia o amigas”. Con la energía que la caracteriza y su entusiasmo intacto, enfrenta cada etapa de Vendimia con la convicción de que la verdadera corona está en el impacto que pueda generar en su comunidad.
Fotos: Gentileza Catalina Di Marco.
