La primera jornada contó con gran cantidad de asistentes. Uno de sus objetivos es que la comunidad se comprometa, ya que es la manera de prevenir las conductas suicidas.
Durante la tarde del martes, en el Centro de Convenciones y Exposiciones Thesaurus, se llevó a cabo la primera jornada de Capacitación sobre Prevención del Suicidio en Jóvenes y Adolescentes.
En diálogo con los medios de comunicación locales, el director del Hospital Regional Malargüe, Alfredo Martínez, expresó que desde que asumió su gestión al frente de dicho nosocomio ha tomado como uno de los temas principales la prevención en cuanto a salud mental, “todo lo que podamos colaborar con la institución, con la población, con el personal del hospital es bienvenido, suma y ojalá que tengamos resultados positivos a corto plazo” sostuvo.
Respecto a su opinión sobre si la población en general se preocupa por un tema tan sensible como lo es el suicidio en adolescentes, Martínez manifestó: “Sí, lo estamos viendo a nivel educativo, a nivel sanitario. Los agentes sanitarios están brindando charlas en los Centros de Salud, tratamos de llegar de todas formas”.
Por su parte, el médico psiquiatra Gustavo Carlsson, quien estuvo a cargo de la charla sobre Emociones y Salud Mental en Adolescentes, también dio cuenta de la gran participación de la población durante esta primera jornada y dijo: “Uno de los objetivos es que las familias y los docentes participen ya que es la manera de prevenir las conductas suicidas, que la comunidad esté presente y pueda preguntar y sacarse todas las dudas es fundamental”.
Sobre cómo enfrentar una posible situación suicida, Carlsson explicó que “lo primero y fundamental es enfrentar y hablar con la persona que se encuentra en un nivel de sufrimiento muy profundo. Ese es el factor más importante, el siguiente es nunca juzgar o criticar sino darle apoyo, más allá de que a uno le parezca que es disfuncional, ya que no es una manera adecuada de resolver un problema. La forma de evitar o ayudar a esa persona es pudiendo hablar y preguntarle por qué llega a esa solución tan drástica. Recordemos que, la gente en general, no quiere morirse sino resolver un problema, lo que pasa es que encuentran a la muerte como una manera de resolver un problema que de otra forma no lo encuentran”.
Por otro lado, Carlsson confesó que aún en nuestra sociedad existe el estigma sobre los psiquiatras: “Que asistimos a la gente muy enferma o a los locos, atendemos a la gente que tiene problemas tales como puede tener un gastroenterólogo con alguien que puede tener un dolor abdominal. El dolor psicológico es muy frecuente y la prevalencia de la patología psiquiátrica o de los problemas psicológicos son muy prevalentes y que si no lo tomamos a tiempo, como todo en medicina, esto puede llegar a situaciones límites como el suicidio”.
Respecto a la dificultad en cuanto a revertir una conducta suicida, Carlsson expresó que dependerá de cómo se encare la situación: “No es difícil en la medida en que, todos como sociedad, estemos concientizados en cuanto a esto y tomemos las medidas de lo que es idealmente la prevención primaria, por eso hablábamos hoy de lo que pueden hacer los docentes, pueden ser incluso los familiares y compañeros de los chicos que tienen problemas; entonces si empezamos de ahí con educación esto no es tan difícil, de todos modos, lo que vemos es que en el mundo la tasa de suicidios se va incrementando, que pueden ser muchos factores”.
El doctor Carlsson explicó un concepto básico en cuanto a la comunicación: “Hablar de suicidio no inocula la idea del suicidio, al contrario, la alivia, quien está pensando en suicidio y no se animó a hablarlo, que alguien le pregunte acerca de esto sin juzgarlo ni criticarlo, lo alivia, es al revés de lo que habitualmente se cree. Si yo le hablo de suicidio va a pensar más o a considerarlo seriamente”.
Como factores importantes que llevan a pensar en un suicidio, Carlsson enumeró la violencia intrafamiliar y el bullying.
Por último, Carlsson dejó un mensaje para los padres cuyos hijos fueron víctimas de un suicidio: “Primero: muchas veces no se puede detectar, ni aun los que nos especializamos en esto, a veces, no podemos detectar señales de alguien que se va a matar; segundo hay que estar atentos a cambios en las conductas de los chicos, si empiezan a estar más tristes, si empiezan a aislarse, a tener problemas académicos que antes no tenían, que empiezan a abusar o a consumir sustancias más de lo que hacían antes, a dormir mucho o a no dormir, a tener más irritabilidad… Es un conjunto de elementos que pueden hacer pensar que alguien puede empezar con algunos síntomas prodrómicos, por suerte después podemos atajar estas cosas a tiempo o si esto avanza, los chicos pueden empezar a hablar de que quieren matarse, se empiezan a lastimar y pueden tener intentos serios que, a veces, podemos salvarlos pero otras no”.