Desde muy chico se sintió atraído por los Caballos Criollos. Luego de muchos años de sacrificio y capacitación y a kilómetros de sus pagos, obtuvo el merecido reconocimiento.
Raúl Esteban Moya logró uno de los objetivos que tenía para este año: hacer podio en las Finales Nacionales de Prueba de Riendas organizada por la Asociación Criadores de Caballos Criollos, “Felipe Z. Ballester” en Jesús María, consagrándose subcampeón de la categoría B, evento que se llevó a cabo en la Sociedad Rural de esa localidad cordobesa el 18 y 20 de marzo.
La prueba de Rienda es una competencia donde jinete y caballo demuestran tener una gran conexión, que se refleja en los movimientos que realiza el caballo con un mínimo esfuerzo por parte del jinete. Raúl cuenta que, en estas contiendas, se compite individualmente y un jurado puntúa a los participantes: “En mi categoría tenemos 7 pruebas; andares, donde se evalúa el tranco, trote y galope del caballo, la rayada que son 3 paradas donde el caballo tiene que meter las patas y parar; la troya que son círculos de dos vueltas a cada lado, un ocho donde el caballo debe dibujarlo en la pista, el volapié que son tres rayadas con vueltas para atrás, montar y montar y, por último, el retroceso. Por cada prueba el jurado va puntuando lo que ve y la suma de todos los puntos es el resultado final”.
Cabe destacar que, dentro de la prueba de Riendas, existen 5 categorías: Preliminar, que abarca a todos los jinetes menos experimentados, Novicio, donde participan caballos “nuevos” menores de 5 años con cualquier jinete, la C, B y A; “estas dos últimas son las más importantes”.
“El campeón de cada categoría va subiendo a la siguiente pero hay que tener en cuenta que cualquier jinete se puede anotar en la categoría que quiera, “lo único que no se puede participar en dos categorías o si está en una no se puede bajar a otra, debe dejar un año de competir para poder bajarse de categoría”, siguió explicando Raúl muy apasionadamente.
Raúl informó que esta competencia se llevó a cabo en dos jornadas: “El viernes se hizo la semifinal, donde había llovido toda la noche y cuando arrancamos a mover seguía lloviendo, la pista estaba brava pero estábamos en igualdad de condiciones y quedé en 2º lugar y el domingo se hizo la final; por sorteo me tocó mover en 2º lugar y anduvo bien la yegua, tengo dos o tres finales con ella pero el último chico anduvo muy bien y de ahí salió el gran campeón, de Córdoba”.
Raúl fue el único malargüino que participó de este evento, “mendocinos había muchos pero no del sur; ya tengo como 3 o 4 finales, tanto en Jesús María como en provincia de Buenos Aires y en Mendoza. Uno participa durante todo el año y se hace un ranking nacional, donde los primeros 20 van a una semifinal y de esos pasan 12 a la final, tuve suerte de estar en el 7º, en la semifinal quedé 2º y en la final quedé subcampeón, por un punto y medio. Había jinetes de todos lados: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fé, Mendoza”.
Raúl es nacido y criado en Agua Botada, hijo de Chelo Moya y Norma Sánchez, del puesto “Amelia del Carmen”, egresó de la escuela secundaria Mapu Mahuida y desde muy chico tuvo la misma inquietud y pasión que lo llevaron lejos de sus pagos. “Siempre me gustó este tema de los caballos, la preparación, el arreglo, el entrenamiento, eso fue como en el 2006; siempre estuve en contacto con los Caballos Criollos, en épocas yendo y viniendo por temporadas, yendo a trabajar a unas Cabañas importantes de Buenos Aires, primero en Salliqueló y después en Trenque Lauquen, después me volví un tiempo a Malargüe y después me vine a trabajar donde estoy ahora en San Rafael”.
Cuando terminó la escuela, Raúl sabía lo que quería pero no encontraba quién le enseñara. Por medio de un pampeano con quien charlaba sobre este tema, consiguió el número de una persona que trabajaba con caballos y hacía cursos: “Ahí mismo hice el contacto y me fui y tuve la oportunidad de que me ofrecieran trabajo los mismos patrones de él (en Salliqueló) y me metí en el mundo de los caballos criollos que es muy lindo, el criollo me enloqueció, su estampa y andar, es muy inteligente, agradable y fácil de manejar”.
Sus padres siempre lo apoyaron, desde el principio, como ahora lo hace su mujer y sus dos hijos, “mi papá siempre me apoyo con esta locura, me acompañó a Buenos Aires para ver cómo era y quedó encantadísimo; esto es una cosa de todos los días, montarlos, cuidarles el pelo, todo, hay que hacer lo mejor posible porque está muy competitiva la cosa, todos salen a ganar y no hay que descuidar detalles”.
Según comentó Raúl, hoy día están compitiendo con todos caballos “hechos” por él, prácticamente, desde cero; “hemos tenido muy buenos resultados, siempre seguimos tomando cursos, viene un hombre a enseñarme, a entrenarme, la idea es crecer y representar de la mejor manera a Mendoza, San Rafael y Malargüe, mi pueblo”.
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La mayoría de los animales que participan de estas competencias pertenecen a Cabañas de Caballos Criollos, los que deben estar inscriptos por la Asociación de Criadores de Caballos Criollos, deben contar con todas las medidas reglamentarias, “el caballo que utilizo es de la Cabaña para la que trabajo desde hace 7 años en San Rafael: El Relincho de Jorge Moreno, el caballo es de él, yo compito, los preparo; estamos todo el año detrás de esto y quedamos en 2º lugar y estamos muy contentos”.
Como el conocimiento vale más cuando se comparte, el año pasado Raúl, por insistencia de sus vecinos de Agua Botada, volvió a sus pagos a compartirlos: “Seguimos en contacto siempre, les ha servido para cambiar un poco el manejo tradicional que se hace con los caballos en el campo, en lo que uno pueda colaborar porque yo, en su momento, tenía muchas ganas de trabajar y me tuve que ir lejos, si puedo enseñar no tengo problema”.
Para este año, Raúl tiene pensado trabajar “lo más posible” para llegar a Jesús María con más caballos clasificados, mejor puesto en el ranking, “y ver si podemos hacer podio de vuelta”.
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