Foto: Gentileza: Marcelo Blajevitch

El 2do Metal de Alta Montaña tuvo su edición invernal

El inframundo tribal de quienes militan en Malargüe ese aguerrido género de música conocido popularmente como “heavy metal”, o simplemente “metal”, estuvo nuevamente de fiesta el sábado pasado en el local ubicado en la esquina de Esquivel Aldao e Inalicán.  Desde el año pasado, la banda malargüina Tractor, integrada por Marcelo Blajevitch (voz y guitarra), Toky Ruiz Díaz (batería) y Gabriel Araya (bajo) organiza el “Metal de Alta Montaña”, un festival de música heavy bianual con sus ediciones  de verano e invierno.

Abrieron la noche los locales Camión, banda integrada por Malcom Pardo (voz y segunda guitarra), William Bernales (voz y primera guitarra), Marcos Trech (bajo) y Saulo Bernales (batería).  Con varios años de shows y ruta a sus espaldas, la banda comenzó su set con un enganchado de canciones insignia del metal argento donde nunca pueden faltar los covers de V8, Hermética, y Almafuerte. Camión se encuentra actualmente en una etapa compositiva de transición, hecho que demostraron al acercarse al final del show, donde desplegaron canciones de su propia autoría que prometen convertirse en el fuerte de la banda y que el público recibió con sorpresa y entusiasmo.

Luego llegó el turno de Fobos, banda sanrafaelina de doom metal, estilo que prioriza los climas densos y melódicos en lo musical sin dejar de lado la fuerza oscura propia del género. Fue una grata novedad para el público malargüino encontrarse por primera vez en este festival con una banda cuya cantante es una mujer  – Vanesa –  quien además  canta con estilo lírico. Conforman el resto de la agrupación Lucas Giménez (segunda guitarra),  Claudio Acuña (primera guitarra), Guillermo García (bajo), Pablo Segura (teclados), y Gustavo Zárate en batería. Brindaron un show profesional y compacto que cautivó a la audiencia con su música y que convirtió al recinto en un valle de penumbras intimista y atractivo  a la vez.

2do Metal de Alta Montaña (2)

El cierre estuvo a cargo de Tractor, esta vez con formación alternativa ya que Gabriel Araya fue reemplazado en el bajo por Charly Olivera, enorme figura musical malargüina, tanto por sus dotes de multi-instrumentista, como por su calidad humana.  La banda ejecutó un repertorio de diez canciones propias entre las cuales sonaron: “Amistad de estrellas”, “El montañés”, “Viento”, “Mi habitación”, “Caer”, “El petrolero”, “Smerdiakov”,  “Inmenso lago en Neptuno”, y  los instrumentales “Zona de volcanes” y “Robótico”. El público, que había brindado su aguante a las  bandas anteriores, no hizo la excepción con Tractor y acompañó sin aflojar todo el set de este power trío.

La noche terminó con el ya clásico sorteo del tatuaje gentileza de Destino Tattoo, y entre brindis de camaradería se expresó el deseo de seguir dándole continuidad a este evento, que en cada edición logra sumar nuevos adeptos.

Marcelo Blajevitch, como organizador del evento hizo un balance: “Este año hemos cumplido con  el objetivo de darle continuidad, llevando a cabo la edición verano en marzo, y ahora la de invierno. Militamos la música y eso se demuestra trabajando para ofrecer espectáculos en vivo. El balance de este show fue muy positivo en general, por la concurrencia de público, por la puesta en escena de luces, sonido, escenario, y performance de las bandas”.

El Metal de Alta Montaña nació el año pasado y fue concebido con la idea de generar un espacio para un estilo de música que, por lo general, encuentra cierta resistencia en festivales populares.

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