La dura realidad es que el FpV estuvo en manos de verdaderos aparatos de expertos, sometidos por unas reducidas y poderosas camarillas que constituyeron la base de la clase política actual, implementada por el actual intendente.
El desarrollo de este proceso político local de 8 años se distinguió por algunos acontecimientos: 1ªUna oligarquía política se apoderó del aparato político. 2ª El partido triunfante en la reelección marginó a sus adversarios. 3ª. El aparato político se apoderó sin contemplaciones del Estado para su beneficio personal. 4ª. Los hombres, muchos de ellos corruptos, ocupando el aparato del Estado, imponiendo desde él su política deshonesta desviando el ejercicio del poder en beneficio institucional del partido y personal de sus ocupantes y allegados. Demostrando el desorden de lo público aflorando con ello los contrapesos institucionales (burocracia profesional, alta corrupción política, y presión social) que planteaban una fuerte resistencias desde el ejercicio del poder, a una sociedad harta de tanto desorden.
Esta clase política vivió aislada y en un mundo virtual que ella misma había creado, con evidentes patologías, siendo la corrupción la más visible y la que mejor expresa la degradación de un régimen y de la que Rasso no quiso sacudirse. “La corrupción generalizada, es el desgobierno en su estado más puro. Tal vez fue la causa de la incoherencia política de Rasso o No quería ser Intendente.-
Oficialmente y entendiendo que Cambia Mendoza- Cambia Malargüe deberá seguir por un lado y de forma incondicional un anuncio constante de la NO ocultación sistemática de los hechos y de la tolerancia cero para la práctica deshonesta”. La idea NO es dar la falsa sensación de que se está haciendo algo, o de que algo está cambiando y la tolerancia ha desaparecido, para luego acabar con las investigaciones y/o denuncias, en la mayor parte de los casos, en los cestos del olvido.
Como explicación de la pasividad generalizada de parte de Héctor Rasso arraigó la idea de que en la práctica lo que manejaba era un pacto de no agresión entre ellos, con el correspondiente reparto de direcciones, creyendo que esta mano podría darle la victoria.
Con semejante desorden público y sabiendo la sociedad malargüina “que la corrupción política no es más que una manifestación específica de un fenómeno más amplio de corrupción social. Que de una sociedad corrupta es inevitable que surjan gobiernos corruptos.” Esto explicaría la censura social y castigo electoral a los políticos corruptos, y el NO mantenimiento en los cargos al FpV.
La estructura corrupta sistemáticamente prometía más allá del maltrato que supone el nepotismo y las arbitrariedades generalizadas, ofreciéndosele a cambio una liberación de responsabilidades por el escaso rendimiento y una relajación de los castigos disciplinarios. Se prefirió una burocracia ineficaz que servía de botín a disposición de amigos y militantes, “porque al partido gobernante no le interesan tanto los servicios que los empleados prestan al Estado como los réditos políticos y económicos que pudieran obtener de ella”.
Definitivamente la ciudadanía no vio otra alternativa de elegir entre la “obediencia” favorecida por Rasso o la rebelión a la partidocracia propuesta por Cambia Malargüe, entendiendo que la indiferencia significaba complicidad. Fue un mensaje de características contundente para Jorge Vergara
En conclusión, lo que se viene es una larga transición con fuertes sospechas en semejante desorden de lo público. Además hay un importante estado de ansiedad ciudadana para revelar el rollo de la película desarrollada en estos últimos 8 años **Una gestión que transforma** o será finalmente **Mi pasado me condena**
Horacio Marinaro
DNI 10179064