Un testimonio que se repite, la historia de muchos de nuestros crianceros que comienzan a sentir los efectos de la histórica tormenta de nieve.
EEn un primer momento, cuando el temporal se comenzó a sentir, quienes más lo padecieron pensaron en sobrevivir al frío, a la falta de comunicación, de servicios. Cuando la nieve comenzó a derretirse, las preocupaciones comenzaron a mutar o, mejor dicho, a sobrepasar, había que pensar en cómo iban a subsistir de acá en adelante sin su principal fuente de ingreso: el ganado caprino.
Norma, esposa de Damián Caseres y madre de 3 niñas, vive en el puesto don José, de campo El Empeño. “El temporal, acá en el campo, nos dejó muy mal económicamente; muchos animales muertos, cabras preñadas, días antes habíamos estado revisando el piño y nos dábamos cuenta que estaban casi todas preñadas”.
Según contó a nuestro medio Norma, cuando Damián pudo subir donde estaba el piño, se encontró con, alrededor de 40 animales muertos, “y las que estaban vivas están malcriando todas, creo que no vamos a tener crianza este año, nos azotó muy duro el temporal”.
Norma y Damián, mientras tratan de asumir los coletazos del temporal, piensan en el futuro: “Está bien que se ayude con forraje a los puesteros afectados por el temporal pero creo que hay que buscar otras soluciones para ayudar al puestero a largo plazo porque éste temporal nos va afectar mucho económicamente, creo que hay que tratar de buscar fondos para recuperar los animales muertos, comprar cabras nuevamente porque es nuestra fuente de ingreso, es con la que mantenemos a nuestras familias”.
Por último, Norma recordó que, años anteriores, vendían los chivatos y luego hacían quesos, “pero ahora vamos a tener que tratar de subsistir con lo poco que nos quedó, buscar cabras a medias para recuperarnos un poco. Creo que el Gobierno, Senasa, Ganadería deben realizar las gestiones para que se puedan obtener fondos para ayudar a volver a empezar”.




