El 23 de mayo pasado se reiniciaron las actividades de la Escuela Argentina de Espeleología (EAE) en la ciudad de Malargüe, con el comienzo del dictado del nivel II de formación básica. Participaron dos alumnos de la Escuela 4-018 de Malargüe, el espeleólogo malargüino Fernando Castro y dos nuevos profesionales de la provincia de San Luis.
Durante el segundo día de clases, después de visitar la cueva Pincheira 1, el grupo se dirigió a Pincheira 2, donde se hizo un relevamiento fotográfico, ya que se trata de una caverna colapsada que da idea del espesor del material en la naciente de la yesera.
Luego, se continuó con las exploraciones hacia el flanco oeste de la yesera, al que nunca se había llegado. Allí se pudo observar con paisajes “lunares” imponentes y una multitud de pequeños orificios en el yeso a los que, en principio, no se les asignó importancia. Sin embargo, al entrar dificultosamente a uno de ellos, se comprobó que se trataba de una sima o caverna de desarrollo predominante vertical, para sorpresa de todos.
Esta sima fue explorada de manera parcial, ya que para un relevamiento completo se requieren equipos de andinismo con los que no se contaba en ese momento. Se tomaron fotos y se asignó a la caverna el nombre de Los Morros 1 y el número de catastro M-86, como asimismo fue geo-referenciada.
Esta primera exploración de superficie reveló que el sitio es de mayores dimensiones que las previstas originalmente y que serían cientos las cavernas de dimensiones importantes. Además, se calcula que en todas hay restos orgánicos que alimentan la esperanza de encontrar en ellas fauna endémica.
De ser así, esta formación kárstica en yeso estaría en condiciones de considerarse de similar importancia a los karsts de Poti Malal y Las Leñas, por lo que se prevé investigar más sistemáticamente y debatir la posibilidad de proponer a los dueños del campo la creación de un “parque espeleológico” en la modalidad de “área natural protegida privada”.
El presidente de la FAdE, Carlos Benedetto, agradeció la predisposición de Javier Mihanovich, propietario del campo Los Morros, quien viene apoyando estas tareas desde los comienzos.