Carta abierta a la Municipalidad y Dirección de Cultura de Malargüe.
Parece que la gente de la Municipalidad y en especial, Dirección de Cultura sigue aferrada a esa detestable costumbre de convocar, usar y descartar a los artistas locales. Han perdido el respeto por ellos. Hacen grandes convocatorias donde dicen abrir las puertas a todos, pero al parecer juega mucho la simpatía.
Como ya estoy crecidito y he visto desfilar muchos directores tan sólo por tener afinidad política con el gobierno de turno. Y porque considero que hago continuamente mi aporte como hacedor cultural en lo individual y colectivo, y porque tengo el honor de haber recibido el mayor galardón que da nuestra provincia: LA DISTINCIÓN LEGISLATIVA “GRAL. DON JOSÉ DE SAN MARTÍN, en rubro ARTE. (2018) Y además de poseer una gran trayectoria, que pueden desconocerla, pero no por eso, no existe. No todo lo que desconocemos no existe, sino que, pasa a ser parte de nuestra ignorancia. -Para refrescar memorias les cuento que tengo en mi haber ocho discos editados y cinco libros publicados.-. En 2020 cumplí 40 años de Cantautor y pude festejarlo dos años después (por pandemia) con mi octavo disco.
Puedo ejercitar mi libertad de conciencia, porque no debo nada a nadie y porque no pertenezco a ningún rebaño. Al manoseo gratuito no lo acepto bajo ningún punto de vista.
Lamentablemente no es la primera vez que denuncio el destrato al que nunca me acostumbraré. Aprendí temprano a volar solo, por encima de tanta mediocridad reinante.
Acudí hace un tiempo a una convocatoria que hizo la Municipalidad a todos los cantores locales, donde establecieron normas y fijaron una manera de trabajo. En primer lugar ¡fiel a su estilo! determinaron cuánto vale el trabajo de los artistas. Hasta ese derecho se tomaron. Si iba solo, era un importe y si iba acompañado otro monto, igual para cada integrante.
Segundo, era imprescindible asociarse al INAMU-Instituto Nacional de la Música. Para ser directo, no era voluntario, era obligatorio.
En todo mi andar por la senda del canto, jamás necesité de Inamu. A diferencia de: SADAIC que por ejemplo, me facilita y custodia el registro de mis obras en la Propiedad Intelectual y me permite cobrar las regalías que ellas generan. AADI –Asociación Argentina de Intérpretes- que recauda a mi cuenta por la difusión de las mismas.
Después de ese trámite había que inscribirse de nuevo en Cultura. Lo hago y luego de un tiempo, expreso mi voluntad de participar en las Sendas Culturales, que a pesar de ser un buen intento no va más allá de un paseo. Falta imaginación para hacerlo más atractivo y con más sello de identidad. No buscan calidad ni acuden a creativos que pueden realzar la propuesta –se creen autosuficientes- o confunden popular con populacho y malogran el quehacer de los buenos valores.
Siguiendo el relato, en Dirección de Cultura me informan que no figuro en lista (a pesar de haber hecho hasta el trámite desagradable) y que si quería actuar, seria de manera gratuita.
Yo le pregunto Sra. Directora de Cultura: Ud. Cobra por su trabajo ¿verdad? Me imagino que sí, y un sueldo de Director debe ser importante. Por lo tanto, permítame decirle Sra., que si cobra por su trabajo NO TIENE ALTURA MORAL para pedirle a alguien que lo haga de manera gratuita.
Por otro lado, le cuento que yo canto desde que tengo uso de razón, luego el canto fue la razón de mi existencia. Anduve treinta y seis años fuera de Malargüe, nombrándolo y cantándole bajo otros cielos, sin más apoyo que mi propio esfuerzo. Ahora ya hace 20 años que estoy radicado nuevamente aquí, en mi lugar y no he hecho otra cosa más que trabajar en y para la cultura. Puedo detallar todo lo realizado, pero la idea no es hablar de mí, sino de ustedes.
Sabe qué Sra., hoy me asombra que, en todo este tiempo, anterior a su responsabilidad como Directora, jamás la vi desarrollando actividad cultural alguna, mire que llevo caminando un largo camino; a lo mejor por distraído que soy, no advertí su presencia.
Yo quiero seguir actuando aquí, porque aquí está mi gente, pero ya no más a través de Municipalidad/Cultura, porque ya me cansaron. Seguiré viajando cuando pueda, ¿saben por qué? Porque me siento más respetado y reconocida mi trayectoria. Es triste decirlo, pero es verdad. Dicen que “nadie es profeta en su tierra”, yo no aspiro a tanto, solo aspiro a seguir cantando y contando mis cosas a quienes quieran escucharme y seguiré como siempre, gestionando mis actuaciones.
Por último, permítanme decirles: el respeto se gana respetando y reconociendo la capacidad de los demás. Sólo nuestra conciencia y Dios están por encima nuestro.
HECTOR RAÚL VILLAR
DNI: 10.168.981
Titular de: Raul Villarromero.