La razón se debe a que la jueza penal del niño y el adolescente de Neuquén, Carolina García, decidió absolver días atrás a David Amador Chávez Castillo, uno de los acusados de matar atrozmente Becerra.
Para la familia de Diego, este fallo polémico, acentúa la sensación de injusticia y dolor, que parece ser inferior al objetivo de resociabilizarse que la jueza García le otorgó al adolescente, quien hace siete años y medio estranguló y prendió fuego, luego de robarle, a este trabajador malargüino de 28 años.
En este marco y con la absurda explicación de que Chávez Castillo está hoy resociabilizado, tiene un proyecto de vida, familia y un hijo, fue que decidieron no aplicar pena de prisión y absolverlo.
Cabe destacar que al momento de cometer el hecho, por el cual se encuentran cumpliendo su condena de prisión Lino Rodríguez (perpetua) y Nicolás Saso(15 años), Chávez Castillo tenía 17. En ese momento no fue juzgado por la justicia de mayores, aunque se lo consideró responsable de homicidio con ensañamiento y alevosía en el fuero penal juvenil.
“Ya no sabemos que más se puede hacer porque nosotros no tenemos dinero para seguir pagando al abogado. Yo no sé cómo hacer para que vaya preso, aunque sea un mes, porque si él es papá, como dice la jueza, mi hijo también podría serlo, y ellos se lo impidieron. Mi hijo no tenía malas intenciones para que le hicieran un daño tan grande” afirmó hoy a los medios locales Guadalupe González, la madre de Diego.
“Cada mañana que me levanto lo hago pensando en él, como le habrán dolido las quemaduras y lo que le hicieron. Lo tiraron como si fuese un perro y no se arrepintieron. Nunca lo voy a entender por qué y mucho menos por qué dejan suelto a este asesino” agregó.
Luego de conocer esta decisión de la justicia, el abogado querellante Marcelo Hertzriken Velasco se quejó, porque consideró que este era un hecho que merecía una pena de prisión perpetua.
En tanto, el padre de Diego, Juan Becerra también se mostró molesto y dolorido por la determinación. “Tenemos un profundo dolor no poder hacer justicia en memoria de nuestro hijo. Porque este individuo, que al momento de matar era menor de edad, fue uno de los principales del crimen atroz que cometieron quebrando una vida inocente” dijo.
El hecho
Diego Becerra era un joven malargüino, técnico químico, que a los 27 años se había traslado a la vecina provincia de Neuquén por razones laborales y allí conoció a Lino Rodríguez, compañero de trabajo.
El cobro de una indemnización de 20.000 pesos fue el móvil que llevó a Rodríguez y al menor que ahora será juzgado a la vivienda de la víctima, quien había dejado en la casa de sus padres en Malargüe la tarjeta de débito de la cuenta bancaria en la que tenía el dinero, que planeaba utilizar para su casamiento.
De acuerdo con la sentencia judicial dictada en diciembre del año 2008, Rodríguez le apretó el cuello a Becerra al punto de desmayarlo en el forcejeo, del que también participó el menor de 17 años.
Luego lo maniataron y cargaron en el mismo auto de la víctima y con la ayuda de Nicolás Saso lo llevaron hasta Planicie Banderita, donde sin percatarse de que Becerra aún estaba vivo, lo incendiaron con combustible y enterraron en un pozo que había hecho el propio Rodríguez.
La policía halló el cuerpo sin vida de Becerra el 26 de octubre de 2007.