El incidente reaviva el reclamo de los productores rurales por la falta de apoyo estatal ante las constantes pérdidas.
En el Puesto Ringanco, al sur de Ranquil Norte, la familia Bravo sufrió una dura pérdida tras el ataque de un grupo de perros que mató a más de 40 cabras, tanto crías como adultas. Este lamentable hecho reaviva el debate sobre la vulnerabilidad de los crianceros y la falta de acompañamiento estatal, según expusieron.
El ataque se produjo a unos 15 kilómetros de Ranquil Norte. Según las declaraciones de la familia afectada a Malargüe a Diario, los perros, que serían oriundos de esa localidad, irrumpieron en el piño causando un gran desastre. Además de los animales muertos, muchos otros quedaron heridos.
Para una familia criancera, cada animal es el resultado de un inmenso esfuerzo y dedicación. La pérdida de más de 40 cabras no es solo un golpe económico, sino una herida profunda a su trabajo diario. Los crianceros de Malargüe ya se enfrentan a múltiples amenazas: pumas, zorros, y las inclemencias del tiempo, como las nevadas. Este nuevo incidente, provocado por animales domésticos, agrava su situación y genera una mezcla de “rabia e impotencia”, como lo expresaron los propios afectados a Malargüe a Diario.
La familia Bravo hizo pública su frustración por la falta de respuestas y apoyo de las autoridades. Esta situación, lamentablemente, es común en la zona. Los crianceros sienten que su sacrificio no es reconocido y que no hay acompañamiento por parte del Estado para mitigar las constantes pérdidas que sufren.
El caso de la familia Bravo pone de manifiesto, según reclamaron, la necesidad urgente de políticas públicas que brinden respuestas y apoyo efectivo a los puesteros, quienes, a pesar de las adversidades, son los guardianes de las tradiciones rurales en el departamento.







