El pasado sábado, en el marco de la Vendimia Departamental, se realizó la Maratón de Chivos a la llama 2016. Allí se asaron 100 chivos y para los organizadores el evento fue un éxito. Sin embargo, desde este medio se informarán a continuación algunos puntos de importancia que seguramente servirán para mejorar este tradicional evento en las próximas ediciones.
En las ediciones anteriores la Maratón de chivos a la llama se caracterizó por ser un evento solidario, donde participaban las organizaciones sin fines de lucro y ese dinero después retornaba a la comunidad. Los integrantes de las organizaciones se encargaban de asar y vender los chivos y además le sumaban ensalada, pan, vino, entre otras cosas. La ganancia por chivo era del 50%, en tanto que el Municipio absorbía ese 50%. El evento se realizaba en el marco de la Fiesta Nacional de Chivo y en la edición pasada la cantidad de público superó las 10.000 personas.
Este año el nuevo gobierno decidió desdoblar la Vendimia de la Fiesta Nacional del Chivo, con la finalidad de tener un nuevo evento en el mes de febrero. Este pedido fue en respuesta de una solicitud de representantes del sector turístico. En tanto que la Maratón de chivos a la llama se trasladó a vendimia, con el argumento que Malargüe no tiene vid.
A fines de enero del corriente año desde la Dirección de Cultura se organizó una reunión con las organizaciones sin fines de lucro que han participado de la Maratón de chivos a la llama y se les planteó que cada institución consiguiera los chivos para luego venderlos. Esta propuesta generó disconformidad en los representantes que asistieron a dicha reunión, ya que las instituciones no cuentan con el dinero para comprar los chivos ni la logística para traer ejemplares de la zona rural y faenarlos.
A los pocos días se realizó otra reunión y sólo participaron dos instituciones: Educación Diamantina y JCI Malargüe. El objetivo de ambas organizaciones fue aportar conocimientos para que se realizara el evento y se le propuso al municipio que compraran 300 chivos y que las instituciones los pudieran vender a $600 con pan, vino y ensalada y la ganancia por ejemplar fuera de $200. Esa diferencia la debía amortizar la comuna. También se planteó armar un patio de comidas para que el público pudiera cenar en el lugar.
Finalmente la comuna informó que no tenían el recurso económico para amortizar ese gasto y se le propuso a las organizaciones comprar los chivos a $600 y venderlos a $800. Esta propuesta no fue aceptada por los representantes de las ONG y la comuna quedó a cargo de la organización. Cabe recordar que la intención de las organizaciones era realizar este tradicional evento y la ganancia recaudada se le retornaba a la comunidad.
Un punto que no se tuvo en cuenta desde la organización fue que la mayor parte de los chivos se encuentran en esta época en la veranada, por lo que conseguir chivos para el evento no fue fácil y significó un limitante en lo que respecta a cantidad de chivos asados.
El sábado finalmente la municipalidad de Malargüe realizó el evento y contaron con el valioso aporte del conocido Oscar “Chivo” Hernández, quien en el año 2009 fue el encargado de organizar la histórica maratón de los 1001 chivos a la llama. Un punto a tener en cuenta es que la gestión anterior no habría inscripto este record en el libro Guinness.
En lo que respecta al precio del chivo asado, fue de $800 sin pan, ni ensalada o vino y $400 la mitad. Este precio, a nivel general, resultó caro y alrededor de las 23 horas aún quedaban más de 20 chivos sin vender del total de los 100. Aunque algunos compradores adquirieron ejemplares a $500.
Al consultar en el municipio cuántos chivos sobraron no supieron precisar el número. Cabe recordar que desde que se realiza la Maratón de chivos a la llama, salvo cuando se hizo el récord, siempre han sobrado compradores siendo que por edición se asaban por lo general más de 600 ejemplares.
Seguramente en las próximas ediciones la comuna podrá realizar el evento de forma distinta, sin improvisar, con un poco más de experiencia e involucrando a las organizaciones sin fines de lucro y quizá también a algunos crianceros que se quieran sumar.