El hombre guardaba la fotografía de su mamá Lidia y este era el único recuerdo que tenía luego de que lo dejara a él y a su hermano al cuidado de una familia poco tiempo después de enviudar. “Ella apenas tenía veinte años cuando quedó sola con dos chiquitos y se marchó a buscar trabajo a otra ciudad”, relató.

En la actualidad, Madariaga trabaja como taxista de la ciudad de San Antonio, Valparaíso, y contó que siempre anduvo con una carpeta que contenía la imagen de su madre y unas fotos fotos de su mujer y sus tres hijos, que ansiaba compartir con sus familiares argentinos.

El encuentro sucedió el miércoles pasado, pero de manera privada, ya que Lidia se encuentra muy mayor y en un delicado estado de salud pero, previo a ello hubo otra reunión con su hermano Ismael Arturo Valdez, otro hijo de ella que también había nacido en Chile pero fue criado en Argentina.

Valdez, su esposa y tres hijos y su mujer se reencontraron por medio de gendarmería y carabineros con Madariaga y su mujer Priscila que viajaron desde el otro lado de la cordillera.

Madariaga y se esposa viajaron hasta esta ciudad y, antes del emocionante abrazo entre los hermanos, Ismael conoció, vía Skype, a la familia de su padre, que quedó en el país trasandino, luego de que su madre decidiera emigrar sola con él a Argentina. En esa conversación, él  supo que lamentablemente su papá, al que nunca volvió a ver desde que tenía seis años, había fallecido hace un tiempo, pero que tuvo más hijos, quienes esperan poder algún día verlo personalmente.

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Ismael emocionado al conocer a sus otros hermanos en Chile

Este deseado momento se gestó desde el año 2010, cuando Roberto se acercó a Carabineros para pedirles que lo ayudaran en la búsqueda de su madre, de la que solo sabía el nombre y que había venido al país. El entonces capitán de esa fuerza, Diego Rojas Daydí, comenzó la búsqueda y pudo dar con el nombre de su hermano. El destino, que siempre interviene en estos casos, quiso que viniera a nuestro país en calidad de alumno de la Academia Superior de la Gendarmería Nacional y, en esa oportunidad, consultó y resultó que los segundos comandantes Alberto Peruski y Mario Tomás Soto conocían a Ismael y sabían que vivía en Malargüe.

Rojas y Soto estuvieron presentes en el encuentro de las familias realizado en el Casino de Suboficiales del Escuadrón 29. El mayor chileno destacó la importancia de mostrar este trabajo de integración, lo que las fuerzas realizan a ambos lados de la cordillera con sus respectivas comunidades y que no se limita solamente a la protección, sino a los valores fundamentales como la familia.

“Este encuentro permitió mostrar el trabajo humano que hacen Carabineros y Gendarmes, esto, sin duda, es una muestra tangible de la integración, cooperación y trabajo conjunto en beneficio de los pueblos hermanos de Argentina y Chile”, destacó.

Las familias, emocionadas, hablaron de sus hijos, sobre todo de los parecidos que encontraban en sus rostros y de los años que esperaron para poder verse. Madariaga afirmó que no guarda rencor hacia su madre, que era difícil encontrarse sola con dos hijos y que no se equivocó en dejar a él y a su hermano con esa familia que los crió con los mejores valores, aunque siempre le faltó algo: poder ver a su madre y agradecerle por darle la vida.

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Las dos familias junto a quienes ayudaron a encontrarse

“Ella tiene unos nietos maravillosos en Chile”, dijo entre lágrimas, y agregó que nunca se debe perder la esperanza.

Por su parte, Valdez también valoró el momento. “Ahora tengo hermanos para tirar para arriba, no sabía que tenía tantos hermanos en Chile”, resaltó.

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