El pasado 14 de octubre remitimos a consideración del Honorable Concejo Deliberante de Malargüe un proyecto de Ordenanza para la imposición de nombre a calles del barrio Procrear.
En el marco del 75° aniversario de la segunda creación del departamento de Malargüe, la comunidad se encuentra ante una oportunidad única: asignar nombres a las calles del barrio Procrear no solo para facilitar su identificación, sino para rendir homenaje a quienes han sido pilares del desarrollo local, regional y nacional. Esta iniciativa, lejos de ser un simple acto administrativo, representa un gesto profundo de gratitud, memoria y construcción de identidad colectiva.
Nombrar una calle es mucho más que colocar una placa. Es inscribir en el paisaje urbano la historia viva de un pueblo. Es reconocer trayectorias que han dejado huella en la educación, la ciencia, la política, la cultura y el compromiso social. Es decirles a las nuevas generaciones: “Aquí hubo personas que trabajaron por ustedes, por esta tierra, por este futuro”.
Tradicionalmente, los homenajes públicos han estado reservados a personas fallecidas, como forma de perpetuar su legado. Sin embargo, este proyecto también contempla el reconocimiento en vida, una decisión justa y necesaria. Porque hay quienes, desde la vocación de servicio y el compromiso ciudadano, siguen siendo referentes activos, inspirando con su ejemplo y acompañando con generosidad.
El caso del profesor David Franklin Nitz es emblemático. Su contribución científica al estudio de los rayos cósmicos y su vínculo con el Observatorio Pierre Auger han puesto a Malargüe en el mapa mundial de la astrofísica. Pero más allá de los logros académicos, su dedicación humana a los jóvenes malargüinos becados en Michigan habla de un corazón generoso y comprometido. Su hogar se convirtió en refugio, guía y familia para quienes estaban lejos de casa.
También se destaca el legado de José Eduardo Araujo, periodista apasionado, cuya voz acompañó a generaciones desde el noticiero de CTC Malargüe. Su honestidad, trabajo y amor por la ciudad merecen ser recordados en cada esquina. Lo mismo ocurre con Enrique Arturo Soler, ingeniero y dirigente político que aportó desde la gestión pública al crecimiento urbano y vial del sur mendocino. Su labor silenciosa y eficaz es ejemplo de vocación técnica al servicio del bien común.
La Maestra Francisca Juana Gabriela Drisaldi representa el alma educativa de Malargüe. Su extensa trayectoria en las aulas, en la cultura y en la legislatura provincial la convierten en una figura integral, que ha sembrado conocimiento, equidad y desarrollo institucional. Abdón Carim Rasso, por su parte, encarna el espíritu de participación ciudadana, con una vida dedicada a la política, la comunicación, el deporte y la integración regional. Su impulso al paso Pehuenche y a la conectividad mediática de Malargüe lo convierten en un verdadero constructor de puentes.
El profesor Alan Andrew Watson, físico escocés y cofundador del Observatorio Pierre Auger, también merece ser parte de esta memoria urbana. Su aporte científico y su vínculo con la comunidad educativa local reflejan cómo la ciencia puede ser también un acto de amor por el territorio. Y finalmente, Santiago Felipe Llaver, primer gobernador democrático de Mendoza tras el retorno institucional, representa el valor de la república, la democracia y el respeto por las instituciones.
Este proyecto de ordenanza no solo honra a estas figuras, sino que fortalece el sentido de pertenencia de toda la comunidad. En este aniversario tan significativo, nombrar las calles del barrio Procrear con estos nombres es una forma de decir que Malargüe no olvida, que reconoce, que agradece. Es una manera de enseñar que el progreso se construye con esfuerzo, con valores, con personas que dejan huella.
Porque cada calle con nombre es también una historia que se cuenta, una inspiración que se transmite, una identidad que se afirma. Y en este 75° aniversario, Malargüe elige recordar para seguir creciendo.
Esto estamos haciendo por Malargüe, por eso Tenés que saberlo.
Por Intendente Celso Jaque.