Por Profesora Carolina Peña
Como departamento cuenta con sus élites, habitualmente localizadas en las cámaras empresariales, el prestigio del municipio, los personajes notables, los establecimientos educativos de nivel primario, secundario y terciario, los medios de comunicación, las asociaciones, los clubes y la comunidad en su totalidad. Así, Malargüe tiene “su propia historia y sus tradiciones, sus acontecimientos históricos, y personajes destacados en la actividad cultural, política, social y económica. Las fiestas y demás elementos aportan a su perfil particular, que a la vez se integra con los demás,, para conformar el conjunto de la provincia”[1]
Nació un 16 de noviembre de 1950, por decreto de creación durante la gobernación del Teniente Coronel Blas Brisoli y “con el empuje de la Comisión de Pro Creación del Departamento de Malargüe, formada por destacados vecinos como Leopoldo Benegas, Argentino Salomón Ruiz, Francisco Quintana, Pedro Ramal, Amaro Alonso, Alberto Anglat, Guillermo Salomón, Guillermo Von Zedwith”[2] entre otros.
Según el periódico el Comercio, del 26 de octubre de 1950, “la legislatura dio sanción a la ley 1937 que dispuso la creación del Departamento General Juan Domingo Perón y se establecieron como distritos Malargüe, Barrancas, La Escondida y Río Grande. Se fijó en la villa el asiento de autoridades municipales y se reglamentó que en las próximas elecciones se debía elegir un senador por el departamento”. El poder Ejecutivo quedaba en la ardua tarea de generar “un plan económico financiero, sanitario, cultural y social, tendiente a promover el bienestar y la prosperidad de la población e impulsar el progreso general del departamento”[3]
Hoy en el 64° aniversario del departamento, se observan los frutos de la vanguardia, la cultura e identidad propia, el afán de progreso y la unión política de ciudadanos comprometidos. Esta forma de hacer política desde las actitudes y desde las mentalidades, entendidas como la cualidad de la psiquis y en las reacciones de la sociedad pensante. No es posible la historia de un pueblo sin la presencia de un pueblo, que moviliza la fuerza del acontecer, de la historia desde un presente a un futuro promisorio. Esto es Malargüe, la unión de tradiciones donde se conjugan lo individual y lo colectivo de los imaginarios, la identidad de lo cotidiano, lo subconsciente, para finalmente ser parte del tiempo estructural y coyuntural de la provincia de Mendoza y la Nación Argentina.
[1] Arturo Roig, María Cristina Satlari (2004) Mendoza, Cultura y Economía. Ediunc. Mendoza
[2] Diario el Comercio del 21 de septiembre de 1949.
[3] Rosa Bianchi de Porras (2001) Memorias de medio siglo. Municipalidad de Malargüe.