El viernes 23 de noviembre se realizó una nueva reunión para tratar algunos puntos relacionados a la interminable refacción de la escuela Gendarme. En ella, estuvieron presentes el arquitecto a cargo de la obra, Juan Núñez, la edil Liliana Martínez, los directivos de la institución y dos padres: Daniela Money y Desiderio Muñoz.
La concejal del bloque Mujeres Radicales Argentinas relató a este medio que, según las declaraciones de Núñez, los trabajos estarían culminados el 30 de noviembre, pero los padres sostienen que la obra debería haberse entregado hace mil días y aún son muchas las tareas por terminar.
“Yo personalmente no le creo”, manifestó Martínez, quien agregó, además, que el arquitecto hizo mención de un pago que realizó el gobierno provincial por el cual la terminación estaría asegurada.
“Queremos ver si lo que dice Nuñez, de parte del Ministerio de Infraestructura, es verdad porque cuando nos reunimos acá en la escuela dicen una cosa y cuando nos reunirnos con las partes la realidad es totalmente diferente”, resaltó.
Las condiciones de los servicios de luz, agua y gas
Entre los temas abordados en la reunión sobresalió la falta del inicio formal del trámite con la empresa EDEMSA para que les otorguen el servicio eléctrico, tarea que puede demorar hasta 60 días hábiles. “Nuñez dijo que es una cosa muy rápida y que esto estaría prácticamente listo en Mendoza, pero es difícil de creer porque si fuese real la oficina de Malargüe tendría información”, acusó la edil.
En relación a este tema, el representante de la empresa que suministra la electricidad, José Luis López, dijo que para habilitar el servicio necesitan una serie de cosas como la escritura del predio, el representante del gobierno provincial de la Dirección General de Escuelas (DGE) y la construcción y posterior colocación del gabinete.
En lo que respecta a la obra del agua, los directivos de la institución aclararon que los tanques ya están comprados y desde el Honorable Concejo Deliberante especificaron que durante la semana se reunirían con los inspectores del servicio de gas.
Los padres siguen preocupados
La madre de un alumno, Daniela Money, expresó dolida que los chicos aún cursan apretados, con reducción de horarios y que se llueven algunas aulas producto de la desmantelación del techo de la galería. Con firmeza explicó que eso no debería haberse tocado porque los días de tormentas fuertes el lugar se inunda y los alumnos se enferman. Además, especificó que son varias las actividades que no se pueden desarrollar con normalidad, como educación física y los recreos.
Asimismo, señaló que la cooperadora trabajó mucho para contar con instrumentos musicales, un laboratorio y una sala de informática que todavía no pueden aprovecharse porque han quedado detrás las rejas debido a la falta de espacio.
Por su parte, otro de los padres, Desiderio Muñoz, manifestó su inquietud por la falta de apoyo de las autoridades departamentales y precisó que el intendente Juan Antonio Agulles, en una visita a la institución, se admiró de que la escuela tuviese piso de cerámica pero no mostró interés por lo que están luchando ahora.
“Nos preocupa la calefacción, falta mucho para terminar en la escuela y creemos que el gobierno municipal, que lleva 20 años en el poder, debe preocuparse porque sus obras queden bien terminadas antes de irse”, sostuvo y, en este sentido, invitó al gobierno entrante para hacerse presente en la obra y observar cómo avanza.
Marcha por los alumnos
Tras las “mentiras” que agotaron la paciencia de los padres, estos convocaron una marcha para reclamar y pedir respuestas respecto de la situación edilicia de la escuela porque hasta el momento siguen sin solución definitiva.
“Basta de promesas, necesitamos soluciones”, “queremos una educación segura” fueron las frases de algunos de los carteles que llevaron en la manifestación realizada el 22 de octubre, que partió desde la escuela rumbo al Honorable Concejo Deliberante. Allí, los padres agradecieron las gestiones y el apoyo brindado por parte de todos los concejales y anticiparon que seguirán reclamando, porque la obra se debería haber terminado hace más de mil días.