En este momento, lo que se presentan son problemas. Molestias para todos, para los integrantes de Unen y para el PRO, para el PD y el MOPOMA, donde también están presentes los recelos a un acuerdo político con la vieja partidocracia. El paso decisivo para las PASO ya se dio.  La tercera vía, se llama a esta estrategia que está en marcha, que plantea objetivos que son totalmente diferentes de los actuales. ¿El centro ?

Este sábado la tertulia de los radicales estará para alquilar balcones, en Tunuyán. Conociendo el paño, seguramente habrá gritos, insultos y algunos sillazos.  La pregunta del millón es la siguiente:, ¿Se está haciendo lo que corresponde? Duda difícil de responder, porque una circunstancia de la política es demandar soluciones sin avalar que sea la adecuada. En la partida la incertidumbre vale para todos. Sin embargo, no hay política sin decisiones. En esa argumentación residen los alcances de la política.

No serán estas consideraciones especulativas las que inquieten a la UCR, finalmente debatirán  lo que se debe hacer. Los enfoques de los asistentes, en la mayoría de los casos están tomadas: el acuerdo con Macri, el acuerdo de centroizquierda con Binner, Solanas y Libres del Sur o el acuerdo con Massa.

Lo que se observa, a simple vista  vista, es que la UCR se concibe como eje de un acuerdo o coalición.  Raúl Alfonsín ya no existe, y un  liderazgo como ese hoy no vive. La UCR es el gran partido nacional con representación en todo el territorio; ése es su gran capital político, pero ese capital no alcanza. Las alianzas, por lo tanto, no son un capricho sino una necesidad. Seguramente los dirigentes de la UCR  cometieron errores, pero la crisis del partido obedece a causas estructurales y tiene que ver con la crisis de los partidos políticos tal ocurre con el PD,  además de los cambalaches de la sociedad con escenarios y dramas sociales muy disímiles de los que existieron  a lo largo del siglo XX.

A ninguno le llamaría  la atención que un partido de características  pluralista, policlasista y con una gran estructura territorial, se vea rodeado por sus diferencias internas, algunas de aspecto ideológico, aunque lo de la ideología es más un excusa que un  principio, en un partido deliberativo y apegado a las oratorias que por lo general  están más próximas al folclore que a la política.

Son los intendentes, gobernadores y caudillos provinciales los que obligan al partido por alianzas que le permitan sostener sus espacios locales de poder  y/o ganar nuevos espacios de poder como sería el caso de Malargüe. El  acuerdo con el socialismo en Santa Fe se inscribe más en las necesidades del poder que en las exigencias ideológicas lo mismo ocurre hoy  con Macri y Massa.

Si la intuición no me engaña, jugaría que la UCR, con sus problemas y revueltas del caso, se impondrá  el acuerdo con Macri. Con franqueza, y del mismo modo hay  que aceptar la suscripción a Macri significa dar la razón en voz baja, de que existen grandes posibilidades de que Macri gane las Paso. Esto además lo saben Carrió y Sanz; y no lo desconocen Binner, Cobos y Solanas.

La gran certeza hoy, es  que en una interna abierta de la oposición no peronista  vence Macri de punta a punta, lo  que pone en realidad otro dato certero y me refiero a la sociedad  para llegar al poder. En efecto, la consolidación del antikirchnerismo,  pide a voces convertir esa mayoría social en mayoría política. Esta sociedad ya  no entiende las diferencias y sutilezas de los políticos para no ponerse de acuerdo. El candidato capaz de vencer al peronismo es Macri. A uno lo entusiasmará   más o menos, pero es así la realidad, hoy. Y en Malargüe para ganarle al FPV hay que multiplicar fuerzas para vencer un peronismo desgastado y corrupto, que nos está llevando por mal camino.

El otro dato no menor es pensar es que al  Kischnerismo los sucederá una coalición de centro-derecha porque, entre otras cosas, los trabajos que se imponen en el futuro inmediato se orientan en esta dirección.

Se sabe que la política, es la acción que nos exige a optar entre lo abominable y lo viable.  Creo que es preciso acordarse de este principio, ya que  todos los dirigentes de la Argentina lo realizan.

Construir un nuevo horizonte es el objetivo; las diferencias giran solo en torno de la representación de lo creíble y de los justificados deseos de poder de los protagonistas, deseos que se alimentan en los intereses, en mitos, tradiciones y las visiones de un nuevo mundo en el cual debemos estar incluidos.

Todo es razonable y no hay política que no contenga estos elementos, sin embargo es bueno  señalar que en cualquier caso lo que se aplica es el esencia que le permite a la política sentido y significado: el poder, impuro, incandescente, pecaminoso, pero tan real y avasallante como la vida misma.

Winston Churchill dijo una vez: “Después de un recuento electoral sólo importa quién es el ganador. Todos los demás son perdedores.

Por Horacio Marinaro

DNI  10179064

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