No olvidemos que somos malargüinos

“Lo importante no es mantenerse vivo, sino mantenerse humano”.

El 11 de marzo de este año la Organización Mundial de la Salud declaró al Coronavirus como una pandemia. Esa fecha significó, significa y significará el inicio de un rotundo cambio en nuestros estilos de vida. Respiradores, barbijos, jabón, lavandina, alcohol y aislamiento social o distanciamiento, son algunos de los puntos que nos han remarcado durante este último tiempo.

Los trabajadores de la salud, de las fuerzas de seguridad, entre otros, han sido los grandes protagonistas y nuestras vidas, o la de algún amigo, o familiar, en varios casos quedó en sus manos de una u otra forma.

Párrafo aparte para quienes aún siguen pensando que esta pandemia no existe y que es un invento del que los profesionales de la salud son parte. Todos tienen libertad de expresión, por lo que desde nuestro lugar consideramos que ese pensamiento es una burrada, conjugada con falta de empatía.

Nadie pensó que íbamos a tener que vivir esto que nos tocó y que el aislamiento se fuera extendiendo mientras los días pasaban y el virus ya venía en camino hacia Malargüe, porque era inevitable. Obviamente muchos criticarán algunas formas de trabajar, o de actuar en esta pandemia, por parte del gobierno, pero lo cierto es que nadie nos enseñó cómo proceder en estos casos. Si hubo decisiones bien tomadas o equivocadas, es charlable.

A medida que iban pasando los meses a los malargüinos que trabajan del día a día se les prendió la luz roja, de alarma. Muchos vecinos no tenían para comer, para pagar los impuestos, alquileres, remedios, no tenían para alimentar a sus hijos. De forma inmediata se activó un grupo de malargüinos, liderados por efectivos de la policía y con los recaudos necesarios trabajaron para ir ayudando a algunos vecinos que lo necesitaban. También se formaron otros grupos, donde lo menos importante era la foto del loable acto que estaban realizando.

Según Elsa Punset: “Los humanos ayudamos porque somos capaces de sentir y de ponernos en la piel de los demás. Y ayudar genera felicidades personal y colectiva.” Según esta profesional, abocada al estudio de la inteligencia emocional, nuestra capacidad de poder empatizar con los demás es una cualidad única en nosotros como seres humanos, nos permite poder entender a los demás y es entonces cuando poniéndonos en la piel de otros podemos llegar a conocer su situación, e intentar ayudar a que ésta mejore. La satisfacción que sentimos al ver que somos útiles para otra persona es lo que nos causa felicidad; y la felicidad es algo fácilmente contagioso.

La crisis llegó también a lo social, a la forma de tratarnos, de comportarnos. La agresividad se comenzó a notar, principalmente en las redes sociales. Quizá pocos se detuvieron en este punto, pero no es menor. Muchos se volvieron intolerantes y el individualismo comenzó a ganar la pulseada. Para varios, ya no importaba el otro, sino uno mismo. Sumado a que no podíamos ver a nuestras familias para compartir, o a nuestros amigos.

En tanto que en el hospital Malargüe lamentablemente se comenzaron a informaron los fallecidos por el virus. Varios vecinos durante este último tiempo perdieron a familiares, amigos, conocidos y es aquí donde empezamos a valorar la vida, a valor a nuestra familia, a nuestros seres queridos.

Retomando lo que dijimos más arriba, sobre que nadie nos enseñó a cómo actuar en esta pandemia, como medio de comunicación también nos enmarcamos en ese desconocimiento por lo que pedimos las disculpas correspondientes si hemos fallado. Nuestros errores han sido involuntarios. Además, como medio de comunicación, también hicimos un giro. Nos enfocamos más en los vecinos y ese fue, y es, nuestro Norte. Nuestra esencia es no llevar banderas políticas y esto hace que la voz del vecino se escuche, sin distorsionar el mensaje.

Ya estamos cerrando el año, un periodo sin dudas atípico, ya pasó Navidad y estamos prontos a cerrar este 2020 para comenzar el 2021. Enmarcados en esta reflexión propia de la fecha decidimos ilustrar esta nota con una foto que para nosotros deja un claro mensaje. El 4 de noviembre se registró un incendio en una vivienda ubicada Maza y Segura. Al lugar acudieron policías, bomberos, trabajadores de la salud y los mismos vecinos también se sumaron para ayudar.

Uno de los damnificados en ese incendio es un vecino al que la mayoría de los malargüinos conocemos y allí en la foto lo podemos ver mientras de fondo trabajan para sofocar las llamas que ya habían tomado fuerza. Al lado de este vecino hay otro vecino, pero con uniforme. Daniel Guerrero, el oficial jefe de Cuerpos Especiales aquí en Malargüe, de rodillas, poniéndose en el lugar de la víctima y sufriendo también por la situación.

George Orwel es escritor y periodista británico, autor de la obra “Rebelión en la granja” y una de sus reflexiones, en una época de guerras en las que vivió, señala que lo importante no era sobrevivir en las batallas, sino sobrevivir como ser humano, no perder nuestra esencia. En este sentido destacó: “Lo importante no es mantenerse vivo, sino mantenerse humano”.

Tapa de nuestro semanario del domingo 27

En Malargüe siempre hemos tenido nuestra esencia, la de ser solidarios, de preocuparnos por el otro, de ser buenas personas, amables y demás valores que nos han enseñado en nuestros hogares. La antítesis son esas grandes ciudades, donde una persona puede estar tendida en el piso y los demás pasan por los costados esquivándolo, sin importar si necesita ayuda. No sabemos lo que nos espera para el próximo año, pero lo que sí sabemos es que es vital que no olvidemos nuestra esencia, no olvidemos que somos malargüinos.

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