Los cambios en esta edición de la Fiesta Nacional del Chivo han sido notorios y las opiniones de la comunidad no se hicieron esperar. Uno de los entrevistados fue Damián Emanuel Sobarzo, de 27 años, folclorista malargüino, quien recordó que el primer festival en el polideportivo fue en el año 1993, cuando el edificio era abierto. Así mismo indicó que su papá, Carlos Sobarzo, junto a Ramón Hidalgo y Raúl Sepúlveda, participaron en el Certamen de Canto y Danza bajo el nombre de “Ecos del Sur”.
Continuó relatando que hace unos años, el Certamen no era así, solo concursaban los mayores de 18 años por el horario en el que se hacía el mismo. Prosiguió lamentando que tanto los bailarines como los cantantes no son acompañados por el público.
También sostuvo que antes, el festival, era como ahora. Las primeras noches eran solo de folclore, porque participaban muchas academias, incluso asistían de otros países. Mientras que en las últimas se disfrutaba de los artistas locales. “Los artistas malargüinos son los que le dan vida al festival año tras año”, expresó.
Refiriéndose al escenario de identidad puestera que se montó en el predio al aire libre del polideportivo, Sobarzo opinó: “Me gusta, porque le dan el lugar al puestero y la fiesta es para ellos, que trabajan todo el año criando chivitos”. El entrevistado cuestionó que los chivos a las llamas deberían haberse hecho en el festival y no en la vendimia. En cuanto a la división de las fiestas explicó que deberían seguir así, porque son dos festejos diferentes.
Por su parte Alexander Ariel López (26), bailarín de San Rafael, apuntó que le parece correcto el horario en que inicia la fiesta en general y que es muy bueno que les den la oportunidad a los artistas malargüinos, porque “eso hace crecer la identidad del departamento”.
Mientras tanto opinó sobre la cantidad de gente que se ha hecho presente en el festival y los stands que se han montado afuera de las instalaciones, por lo que dijo que es muy escaso el público y hay pocos quinchos. Finalmente recomendó a los organizadores que difundan más la fiesta. porque desde San Rafael no eran muchas las personas que tenían conocimientos acerca de la misma.
Malargüe a Diario también habló con Federico Lineros, de 63 años, quien informó que el festival ha tenido altos y bajos. En esta oportunidad destacó la puntualidad que años anteriores no se registraba. “Que se empiece el festival con o sin autoridades no importa porque respetan el horario, la puntualidad es lo más importante”, agregó.
En cuanto al Certamen de Canto y Danza apuntó que es importante que el concurso este con la fiesta, porque de esa manera la gente lo puede ver y disfrutar.
Rememorando un poco relató que años anteriores se realizaba un prefestival en la Plaza San Martín y los grupos clasificados pasaban al polideportivo. “Era más de pueblo, y si bien las comodidades no eran las mismas, la gente lo disfrutaba más; pero a veces, el frío y el viento hacían difícil la estadía en la plaza hasta altas horas”, agregó
Sobre la importancia del puestero mencionó que en los primeros años se lo dejaba de lado, pero año tras año se fue incrementando su valor tal como sucede con los artistas malargüinos, que por momentos quedaron renegados y en otras ediciones les dieron la oportunidad de subir al escenario.
“En este último festival, no veo diferencia en cantidad de gente, todos pueden compartir y disfrutar de todo”, sostuvo.
El escritor y poeta, Ramón Claudio Reyes Vaca, de 68 años, oriundo de Salta, manifestó su orgullo por estar presente en el festival y teniendo en cuenta el número de personas presentes dijo que es la cantidad normal en un festival y declaró que deberían esforzarse por levantar cada día más la fiesta.
“Yo digo que hay que levantar las banderas bien alto y darle un empujoncito al festival. Si todos sumamos un granito de arena vamos a llevar el festival adonde se merece estar, porque este festival es conocido a nivel nacional”, concluyó.
Por su parte, Sebastián López, de 45 años y oriundo de la ciudad de Mendoza cuestionó la cantidad de quinchos y las demoras. “Veo que hay muy pocos quinchos y para comprar hay demoras de una hora y media”, comentó. También puso en tela de juicio la cantidad de policías que resguardaban la seguridad, en este sentido dijo: “Por lo general han asistido más de 2000 personas por noche y no veo a más de 20 policías”. Sobre los artistas expresó que le parece bien que se le dé la posibilidad a los oriundos del departamento.
Finalmente se dialogó con Miriam Giorlando, de 57 años, oriunda de Chile. “La verdad es que esta fiesta no me ha gustado, con el perdón de los organizadores pero parece una peña y si no tenían recursos podrían haber conseguido auspicios de empresas”, opinó. También cuestionó que este año no estuvo la carpa de los chilenos y finalmente dijo: “Compramos dos porciones de chivo y nos dieron sólo costilla, alguien debería controlar eso porque se abusan”.
En cuanto al valor de la entrada, todos los entrevistados coincidieron en que es muy accesible para el grupo familiar mientras que Reyes Vaca opinó que muchas veces el dinero recaudado de las entradas no alcanza para cubrir los gastos generales.