La Payunia se ubica en el Departamento de Malargüe, a 160 kilómetros de la Ciudad del departamento sureño y a 580 de la Ciudad de Mendoza, accediendo por Ruta Nacional Nº 40 y empalme Ruta Provincial 186. Abarca 45000 hectáreas.
Es un área natural protegida con extensas planicies considerada como uno de los campos volcánicos más vastos de América del Sur, con una concentración de más de 800 conos. Su promedio es de 10,6 volcanes cada cien kilómetros cuadrados.
Con una mirada de 360º se puede observar toda la variedad volcánica del mundo
Lo interesante de la región, desde el punto de vista volcanológico, es que se puede encontrar toda la variedad de productos y de tipos de erupciones volcánicas; magmáticas, con agua, sin agua, más explosivas, más tranquilas, pequeños conos monogenéticos hasta enormes estratovolcanes como el Payún Matrú y el Nevado. En pocos kilómetros está representada toda la gama de variedades volcánicas, tal cual una enciclopedia gigante sobre el tema.
El aparato volcánico dominante es el complejo Payún Matrú, adyacente al solitario volcán Payén. Sus límites hacia el oeste se extienden más allá de la Laguna Llancanelo, ya que su continuidad física alcanza el embalse de El Nihuil. Hacia el este mendocino hay solitarias manifestaciones en la parte Norte, en tanto que hacia el Sur penetra en territorio pampeano, superando el valle del Río Colorado y alcanzando la Provincia de Neuquén.
Llancanelo y Payún Matrú cubren unos 15.900 km2, disputándose el primer lugar con más concentración de volcanes del mundo con la Península de Kamchatka, en el Este de Siberia.
Toda la región aparece cubierta por extensos mantos de lavas basálticas cuaternarias que demuestran la virulencia de la actividad volcánica. Es un ambiente irregular por la existencia de escalones morfológicos entre las coladas y empinados conos volcánicos. El apilamiento de las emisiones lávicas neoterciarias originó las planicies estructurales lávicas conocidas como Altiplanicie del Payún, Loma del Medio y Cañada del Crucero.
El cono del Santa María rodeado por un espectacular campo de «bombas volcánicas» (trozos de lava emitidos incandescentes que se solidifican antes de caer a tierra y adquieren forma de pan flauta), desde donde arranca la «Colada de la Media Luna», un río de lava pirolítica de unos 17 kilómetros de longitud y 800 metros de ancho, cuyo color negro brillante contrasta con el amarillento pasto del desierto donde ramonean algunos guanacos.
El Payén conserva gran parte de su cráter, que muestra un portezuelo en su borde oriental. A partir de él se extiende una abrupta quebrada por la que se han desplazado flujos densos.
Al oeste del Payún Liso se encuentra el relieve totalmente cubierto de lapilli (productos piroclásticos mayores a 2 mm) en Pampas Negras. Extensiones que llegan hasta el horizonte de cenizas conforman un paisaje negro, fantasmagórico, donde la vida se reduce a algunas lagartijas. La vegetación herbácea no tiene sustrato para crecer, más allá de algunas matas esporádicas que se hacen lugar a fuerza de lentos avances sobre superficies inorgánicas. Circular en estos parajes produce una sensación de asombro por la aridez del paisaje, la inmensidad de las Pampas Negras y sobre todo por el contraste negro del suelo que uno pisa.
El relieve es sumamente áspero y dificultoso en las cercanías del Payún Matrú. Hacia el Sur, entre éste último y el río Grande, se ve una serie de volcanes menores. Aquí, la lava muy fragmentada ha formado un atrayente arenal negro, que se conoce como Pampas Negras. El terreno está sembrado de bombas volcánicas, que son trozos de lava que cayeron en estado líquido o pastoso y, al enfriarse, tomaron curiosas formas. Los volcanes que más se destacan son el Payún Matru (Barba o Cara de Chivato) y el Payún Liso. Este último es, con 3.680 metros de altura, el más elevado de la región. Su cráter tiene 400 metros de diámetro y 90 de profundidad.
Flora escasa, fauna en peligro
La vegetación de La Payunia está representada por los matorrales, los pastizales y las especies del monte y de la Patagonia: colimalil (leñas amarillas), coirón, melosa, solupe negro, retamillo, pichanillo, cacho de cabra, algarrobos (ente los 500 y 1300 metros), patagüilla, molle y jarillas (entre los 1.800 y los 2.850 metros).
En cuanto a la fauna, de las 70 especies registradas en La Payunia, 37 se consideran con alta probabilidad de avistamiento. Algunos ejemplos son la ranita de cuatro ojos, el matuasto castaño, el lagarto cola de piche, la yarará ñata, el choique petiso, el águila mora, el jote cabeza colorada, el chorlo cabezón, la calandria patagónica, el chinchillón, el zorro gris, el picho patagónico y el guanaco, cuya población en la reserva actualmente ronda los 10.000 ejemplares. A su vez, el acercamiento es controlado, por considerárselas especies muy vulnerables.
Teniendo en cuenta la vasta dimensión de esta reserva, (450 mil hectáreas) y la gran variedad de animales, hay una fuerte tentación por parte de cazadores furtivos par visitar este llamativo lugar, desbordando el trabajo de pocos guardaparques que tienen la gran responsabilidad de preservar la flora y fauna del lugar
Un poco de historia
A comienzo de los 70, época en que La Payunia oficiaba de refugio para la fauna perseguida, choiques y guanacos buscaban su guarida al pie de los volcanes inactivos. Pero la amenaza de los cazadores furtivos se sumó al descubrimiento del petróleo que alimentaba las ansias del progreso económico en desmedro de la preservación.
Era la época en que la Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA) daba el primer paso para proteger la región. A partir de allí comenzaron a implementarse, en el ámbito provincial, políticas orientadas a la preservación de la región y vinculadas a la creación de la Reserva. Así es como a través del Decreto 3917/82 de la Provincia de Mendoza, la zona de la Payunia es declarada Reserva Total (fauna, flora, material arqueológico y escénico)
En abril de 1990 logró concretarse un convenio en el que los gobiernos provincial y municipal, los organismos no gubernamentales y la empresa privada, acordaron medidas tendientes a minimizar el impacto ambiental producido por la actividad petrolera y a potenciar la protección de la reserva y sus recursos.En este sentido, y a mediados de ese año, se inicia el desarrollo del plan de manejo de la Reserva Payunia. El Instituto Argentino de Investigación de Zonas Aridas (IADIZA) fue el encargado de elaborar la estrategia que permitiría alcanzar el uso sustentable de la región.Con el fin de preservar el equilibrio natural del ambiente, se comenzó a zonificar áreas y a señalizar circuitos para la actividad turística.
Además se elaboró un mapa con indicación de miradores, puntos de interés paisajístico, parajes de valor cultural, escalada, sitios para acampar, puestos de control, centro de interpretación, circuitos turísticos y carteles señalizadores. Así se logró designar a un técnico en conservación de la naturaleza y guardaparque nacional para que supervisara, controlara y aconsejara acerca de las actividades desarrolladas en la región. Pronta a ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Payunia es custodiada por seis guardaparques que montados en sus camionetas 4×4 recorren más de 75.000 km anuales, por sus caminos sin huella, con el firme objetivo de la preservación.
Patrimonio Mundial
Un Patrimonio Mundial, es el título conferido por la Unesco a sitios específicos que, por su riqueza natural y cultural, representan hitos fundamentales para nuestro planeta. Son símbolos de la toma de conciencia de los estados y de los pueblos sobre el significado de estos lugares, y emblemas de su apego a la propiedad colectiva como a la transmisión de ese patrimonio a las generaciones futuras.
Historia de la iniciativa
La idea de proponer un sitio malargüino como candidato a integrar la lista de Patrimonio Mundial tiene como antecedente el trabajo que en el 2002 realizó la Dirección de Recursos Naturales Renovables. En aquella oportunidad se presentó el sitio Área Natural Protegida La Payunia, destacando el valor de la biodiversidad biológica que existe dentro del área.
En ese entonces, el proceso administrativo para postular el área ante la Comisión Nacional Argentina de Cooperación con la Unesco –Conaplu– tuvo cierto grado de avance, pero no la suficiente continuidad para integrar las sugerencias y observaciones realizadas, y por ello el proceso de postulación se estancó.
En enero de 2010 la Municipalidad de Malargüe elevó la nueva propuesta ante Conaplu. Fue aceptada como un sitio para ser incluido en la Lista Indicativa de Argentina (inventario de bienes que nuestro país propone como candidatos a integrar la Lista de Patrimonio Mundial). En mayo de 2011, el director del Centro de Patrimonio Mundial ratificó la inclusión.
La Payunia fue elegida en el 2011 por dos razones: sus valores paisajísticos únicos en el planeta y por su diversidad en expresiones volcánicas, que incluye tres áreas naturales protegidas, las que garantizan la conservación de ecosistemas en donde se encuentran los volcanes: Carapacho, Payún Liso, Los Loros, escudo volcánico límite norte, volcanes de Llancanelo –Cerro Coral.
Página de interés:http://www.payuniapatrimonio.com.ar/index.html