Carlos "Goofer" Cardozo

Proponen un sistema de generación de trabajo y alimentos para todos los malargüinos

Si bien muchas personas del ejecutivo municipal fueron invitadas, solo participaron los ediles Graciela Viollaz y Mauricio Martínez. Asistieron representantes del Observatorio Pierre Auger, de la Cámara de Comercio y del CRIDC, y algunos medios de prensa, entre otros sectores.

Cardozo explicó que su idea surge a partir de algunos problemas que existentes en la comunidad, como la falta de dinero, de trabajo y de comida.

La propuesta tiene como base la construcción de viveros en casas. En caso que el proyecto se ejecute, se va a capacitar a la gente que quiera trabajar y se va a financiar ese vivero. La construcción se hará mediante una cooperativa, sin sueldos fijos, donde se pagará al trabajador por obra terminada.

Para realizar el vivero, se van a ir construyendo pequeños grupos o pequeñas cooperativas para realizar las diferentes partes necesarias para la construcción e instalación, según explicó Cardozo. Por ejemplo las soldaduras, la construcción, la instalación, cada parte será realizada por un grupo específico de personas.

Se ha gestionado ya con la UTN (Universidad Tecnológica Nacional) para que certifiquen los trabajos como “Tecnología Malargüe”. Los viveros donde se generará alimento serían autosustentables. Se colocarían dentro del vivero algunas macetas con lombrices para ir generando el humus necesario para las plantas, explicó el disertante.

Cardozo comentó: “Queremos que junto al vivero la gente pueda tener gallinero. Esto está prohibido por ordenanza municipal, así que esperamos que esto se pueda revisar desde el Concejo Deliberante”. Y continuó diciendo: “La idea es construir un vivero por día. A partir de una papa se pueden generar varias plantas de papa y llegar a producir con esto hasta 12 o 15 kilos de papa. Algunas plantas estarían colgadas dentro del vivero y otras sobre el piso”.

La idea es que el vivero sea el principal taller, donde la gente que no sepa el trabajo específico para la construcción (por ejemplo soldar), se le pueda enseñar para que aprenda. Además del vivero habrá otros talleres como de conejeros, gallineros, macetas, armados cada uno de ellos como pequeñas cooperativas o grupos de cooperativistas.

Junto con la parte de producción, se espera tener varios laboratorios de investigación para desarrollar la tecnología requerida. Por ahora los previstos serían de energía eólica (para alimentar las instalaciones), electromecánica (para construir las piezas), fibrocemento, etc. Aprenden, elaboran el producto, se certifica, se vende junto con un manual de procedimientos y se cobra.

«Los laboratorios van creando proyectos y cualquier persona que quiera producir se puede incorporar. Incluso si trae un proyecto nuevo para agregar, se consigue el financiamiento y se desarrolla, como única condición la patente de lo producido es GNU (libre)», sostuvo el ideólogo del proyecto.

Cardozo dio su impresión sobre el origen del proyecto y su dinámica: “Creo que el movimiento de uno o dos, influye en el entorno, y a su vez eso se multiplica geométricamente, se puede llegar a mucho con poco esfuerzo. Si hace años se decía la letra con sangre entra, en este caso vamos a premiar el conocimiento”.

El proyecto se basa en un sistema cooperativista, sin jefes, y cada uno con sus horarios. Se le paga a la cooperativa y cada cooperativa se autoregula. La intención es crear una ONG que pueda hacer un convenio con el municipio, para formar un fideicomiso que administre la municipalidad. Y desde ahí, recibir los fondos.

Se pretende trabajar con la Cámara de Comercio para vender bonos a los que quieran invertir en el proyecto. «El bono se va pagando con las ventas, con el mismo interés que un plazo fijo del banco. Es decir, en lugar de poner el dinero en el banco sin producir, el que invierte gana el mismo dinero pero invirtiendo en trabajo, comida y desarrollo tecnológico para Malargüe. La gente que compra el producto paga en la municipalidad y se va armando un fondo fiduciario, como si fuera una caja cerrada del banco», explicó.

Cardozo asegura que si se consigue el apoyo, para marzo ya pueden tener los viveros funcionando y para junio se puede contar con producción de alimento con esos viveros. Enero y febrero se utilizarían para las clases y los viveros funcionarían todo el año.

Esto implicará un cambio cultural con la matriz alimentaria, con el sistema cooperativista de trabajo, y con laboratorios tecnológicos. Malargüe se presentará como un polo de desarrollo tecnológico y energético.

Cardozo afirmó que el proyecto ya tiene lugar. “Esto debe trascender a los partidos, porque es de malargüinos para el desarrollo de Malargüe. Con mi pareja tenemos un terreno de 250 metros que vamos a donar a la ONG para el proyecto” aclaró.

Comentarios