¿Quién cuida a nuestros policías?

Desde este medio se informó sobre un choque, ocurrido el sábado pasado en horas de la mañana. En el siniestro vial participaron dos camionetas, una de ellas era un móvil de la policía y ambas se dirigían a socorrer a los involucrados en un choque ocurrido a un par de cuadras. El patrullero es una Toyota Hilux y era conducido, al momento del choque, por el uniformado Néstor Pereira.

Según testigos, el móvil número 2356 llevaba la sirena encendida y circulaba por Illesca con dirección de marcha de oeste a este. Mientras que el otro vehículo lo hacía por Álvarez hacia el norte. Se aclara que mediante este escrito no se busca marcar quién fue el responsable del choque, sino mostrar otra realidad que muy pocos conocen.

Después del fuerte impacto, el policía Néstor Pereira ha recorrido en reiteradas oportunidades los pasillos del Hospital Malargüe debido a que un fuerte golpe en la cabeza le generó dolores y mareos. Los profesionales de la salud lo internaron por un par de horas y posteriormente le dieron el alta. No obstante, el uniformado ha continuado con fuertes dolores de cabeza y mareos, por lo que se le realizarán estudios de mayor complejidad.

Desde este medio se indagó en las condiciones en las que se encuentra el móvil policial número 2356 que participó del mencionado choche. Puntualmente se constató la seguridad que brinda, paradójicamente, el cinturón de seguridad del patrullero. En el video se puede ver que el cinturón no traba, por lo que no cumple la función correcta. Como consecuencia, Pereyra, luego del impacto, golpeó con su cabeza en el parabrisas de la camioneta.

Además, en el video se puede ver el estado de las cubiertas del patrullero en cuestión. Las líneas, o el dibujo de la cubierta denotan un notorio desgaste.  Esto obviamente que también afecta la seguridad de los uniformados.

Al día de la fecha sólo dos móviles patrullan la ciudad de Malargüe. Uno de los vehículos es un Renault Fluence y pertenece a Cuerpos Especiales, mientras que el otro es una camioneta y pertenece a Comisaría 24. Este último vehículo no solo recorre las calles del departamento, sino que además es utilizado para realizar medidas judiciales y de la guardia de la Comisaría.

Desde Malargüe a Diario se publicó un informe periodístico en el mes de septiembre del año 2014. Allí se mostró parte de lo que no todos ven. Una Comisaría 24 con un edificio en muy malas condiciones, no había cocina, los policías compartían el baño con los detenidos, habían sectores abandonados y además los móviles policiales, la mayoría, no tenían cubiertas en condiciones, sumado a que otros vehículos llevaban varios meses estacionados por falta de repuestos. Días después del informe se realizaron algunas gestiones y se solucionaron los problemas.

Al día de la fecha parte de la historia se repite. Faltan controles, faltan recursos, falta gestión por parte de nuestros gobernantes. Mientras que los policías, desde el Comisario hacia abajo terminan siendo rehenes de un sistema que falla, donde se le exige que mantengan la seguridad, que cumplan, que trabajen como puedan y con lo poco que tienen. A fin de cuentas, volvemos al principio… ¿quién cuida a nuestros policías?

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