En un parador de Los Molles filmó su próximo material audiovisual y abrió las puertas de un restaurante de temporada.
El chef reconocido internacionalmente transita la cuarentena en Mendoza con proyectos que lo conectan con los sabores del sur.
«Desobediencia e Irreverencia» es el nombre del documental reciente que grabó el chef y artista Francis Mallmann en Los Molles, en el departamento de Malargüe. En el sur mendocino, la Cordillera, la nieve y la belleza de la naturaleza contuvieron la ceremonia de prender los fuegos para rodar una pieza audiovisual centrada en el accionar mutante y rebelde de su autor. En etapa de post-producción, la distribución aún es un enigma, según publicó el sitio Inmendoza
«La desobediencia y la irreverencia en la cocina y en la vida son motores del cambio porque te hacen inquietarte y emprender cosas nuevas. Soy un crítico de la comodidad porque creo que tenemos que vivir reinventándonos y renaciendo una y otra vez», dice el hombre que transformó su identidad en marca registrada, con restaurantes en Argentina, Chile, Uruguay, Estados Unidos y Francia.
Ese mismo espíritu rebelde y mutante es el que lo llevó a abrir un restaurante que funcionará -por ahora-, durante el invierno 2020 en el Hotel Termas Lahuen-Có, en una construcción tradicional de montaña, a 17 kilómetros de Las Leñas, donde durante cinco años Francis fue parte indisociable de la gastronomía del renombrado centro de esquí. Y así como en los ‘80 Mallmann era visitante y cliente de aquel paraje familiar y rústico, ahora es quien dirige la batuta de los sabores que todos los días reciben al público para disfrutar de un menú de mediodía y noche de acuerdo al protocolo vigente. Entrada, principal y postre son maridados con los vinos de Escorihuela, Rutini y Catena desde principios de julio y para los turistas que reservan previamente.
«Tomamos una de las chimeneas grandes del comedor para cocinar allí y que las personas puedan acercarse a ver lo que hacemos. Es un lugar mágico: caminar por el hotel y conocerlo ahora en profundidad habla de los rasgos de un lenguaje de más de 100 años de trabajo. Hay un romance en esta historia que me fascina. Víctor y Ornella, sus propietarios, han continuado con el legado de las generaciones precedentes de una manera fascinante», expresa el chef, que dispone de un equipo de trabajo que a diario pone sobre la mesa su pasión por la cocina. Con recetas inspiradas en Mendoza y aunque aún no es «época de chivos», sí que hubo cordero al Malbec, sopa de zapallo al ajillo en caldero o una paella de pulpo y langostinos.
Los ventanales con vista a la Cordillera y el contraste frío del afuera juegan con la calidez propia de las brasas en las chimeneas, así como los aromas y sabores tan propios de Mallmann. Además, los fines de semana es posible encontrar al prestigioso cocinero, que pasa el confinamiento en Mendoza, dispuesto para el intercambio con los visitantes.
«Llegué dos días antes del inicio de la cuarentena obligatoria para estar con mi mujer y mis hijas, llevo más de 100 días aquí y hemos estado pensando siempre en qué hacer. Con un buen equipo técnico rodamos el documental y convoqué a Lahuen-Có para sumarse a este proyecto y a la idea del pop-up. Tengo una relación muy fuerte con Mendoza: hace 25 años abrí con Catena el restaurante «1884»; está «Siete Fuegos» en The Vines y la propuesta «Ramos Generales» en Kaikén con sándwiches a la parrilla», comparte. En este vínculo con la provincia y en todos, donde sea que esté, la música lo acompaña como conocedor e intérprete y en su Instagram, hay versiones donde con la guitarra rememora clásicos que comparte con sus seguidores.
Fuente: Inmendoza