Es importante destacar los beneficios del concepto de la salud en el trabajo no solo son valiosos para empleados, también lo son para los empleadores.
«El trabajo es salud” dice un refrán, ya puede considerarse una fuente de salud porque aporta a quien lo realiza una serie de aspectos positivos y favorables. Para citar algunos ejemplos, con la remuneración que se percibe se pueden adquirir los bienes y servicios necesarios para la manutención y bienestar general, se desarrolla una actividad física y mental que revitaliza el organismo al mantenerlo activo y despierto, se desarrollan y activan las relaciones sociales con otras personas, y aumenta la autoestima porque permite a las personas sentirse útiles a la sociedad. Sin embargo, el trabajo también puede causar diferentes daños a la salud de tipo psíquico, físico o emocional, según sean las condiciones sociales y materiales en que este se realice.
Es importante destacar los beneficios del concepto de la salud en el trabajo no solo son valiosos para empleados, también lo son para los empleadores. Se ha demostrado que las iniciativas en optimizar medidas de control de factores de riesgo laborales pueden contribuir a reducir el ausentismo por enfermedad en un 27% y los costos de atención sanitaria para las empresas en un 26%. Más aún, si lo miramos solo desde un punto de vista económico, en muchos países las enfermedades relacionadas con el ámbito laboral ocasionan pérdidas que van del 4 al 5% del PBI.
Cada actividad tiene riesgos propios, cada una con una carga de riesgo potencial ya entendida, estudiada y normatizada. En la actualidad, se ha sumado un nuevo componente que aún está en proceso de estudio: la enfermedad por coronavirus 19 que ha trascendido fronteras. Como hasta la actualidad no contamos con vacunas ni con un tratamiento específico, la prevención debe ser intensificada ante las medidas de flexibilización dispuestas que permite el retorno a la actividad de diferentes sectores económicos.
La situación epidemiológica de la pandemia, es decir la carga de enfermedad en nuestro departamento hasta la fecha, permite implementar acciones que vienen a traer alivio a distintos sectores económicos tan comprometidos que se ha llegado a una limitación en el sustento de vecinos como de emprendimientos locales que con tanto esfuerzo se han desarrollado. Solo que no debemos olvidar y dejar de lado la premisa: Cuidarse y cuidarnos entre todos. Si esto cambia no solo significaría un retroceso económico, sino el dolor y angustia de nuevos enfermos y sus familias.
Es un deber de cada actividad como el comercio, manufactura de productos, alimentos o de servicios para citar algunos ejemplos en nuestro medio, disponer de acciones útiles para disminuir al mínimo la probabilidad de contagio y diseminación viral también hacia y entre sus clientes. Esto no debe ser tomado con liviandad. La responsabilidad en la toma de decisiones inherentes a esto es ineludible, por lo que, el desarrollo y aplicación de protocolos estrictos de trabajo y venta está reglamentado por ley. Estas disposiciones se han emitido en forma general, en carácter de mínimo e indispensable, es por ello que deben adaptarse a cada actividad y negocio en particular, atendiendo a situaciones individuales.
Las acciones, basadas en un criterio costo-efectividad optimizado a la realidad, deben estar organizadas, escritas, y conocidas por todos. Es decir, tanto los empleadores, trabajadores, como clientes e incluso proveedores, deben estar en pleno conocimiento de cada uno de los aspectos dispuestos y también de los porque se les exige. Es imprescindible que sea así para poder asegurar su cumplimiento. La seguridad de todos está en juego y debe ser protegida por medidas claras, coherentes, factibles y por sobre todo basadas en el conocimiento científico actualizado y validado.
La responsabilidad es de todos. Todos nosotros debemos no solo acatar las disposiciones y respetar todas las recomendaciones cuidándonos personalmente, sino también debemos exigir que cada actividad, que cada negocio, empresa, emprendimiento que se ponga en marcha cumpla integralmente con medidas que cuiden a sus empleados y clientes. No solo está en riesgo nuestro presente, también el futuro se verá amenazado si solo alguno de los que formamos parte de esta cadena de valor social, no cumpliera con lo que le corresponde.
Vecinos, somos un pueblo de lucha, que como siempre digo, nos distingue la solidaridad, el amor fraternal. Malargüe ha sido capaz de salir adelante frente a numerosos problemas y crisis pasadas, de esta también saldremos, sigamos con el compromiso mutuo de cuidarnos entre todos, y así, también entre todos consolidaremos una nueva sociedad más fuerte y solidaria.
Por Doctor Oscar Arrieta
Mat. 7710
Contacto: drarrieta@piukesalud.com.ar
Piuke Salud Laboral
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Este escrito se enmarca en un convenio realizado con Piüke Especialistas en su salud y el objetivo es llevarle información de relevancia a la comunidad, en el marco de la pandemia. De este modo, publicaremos este tipo de informes con frecuencia y sobre distintos temas.