Tino Neglía es actor desde su más tierna edad, desde que tiene memoria, gracias a su madre que era docente y lo acompañaba y aprovechaba para participar de todos los actos escolares. Siempre actúo y fue parte de los diferentes elencos en todos los niveles de estudio. Fue becado para la escuela de teatro, durante dos años, y siguió haciendo teatro, incluso, en la época en que estuvieron prohibidos y cerrados. “En esa época en que estaban cerrados los teatros, estaba actuando en una boite, haciendo espectáculos de poesía y canto y me ofrecen ir a tomar clases con Galina Tolmacheva, que antes de morirse quería formar un actor, que fue la fundadora de la escuela de teatro y discípula de Stanislavski, tuve la dicha a partir de ahí de conocer a grandes directores”, recuerda Tino con cierta nostalgia y orgullo a la vez.
La obra de teatro que interpreta actualmente fue escrita por Ricardo Morena, a pedido suyo, en plena crisis del año 2000. “Le pregunté si se animaba a escribir qué diría San Martín si estuviera vivo en ese momento y así lo hizo”, comentó el actor. Morena recurrió a los textos de Tomás Guido, uno de los amigos íntimos de San Martín y, en base a eso, “él me acercó al San Martín hombre pero me llevó un año y medio prepararlo y casi varios meses más me costó sentir que yo convivía con el personaje, fue muy fuerte terminar de sentir que San Martín estaba ahí hablándome”, contó Tino a Malargüe a Diario.
Sobre cómo es convivir con el personaje, el entrevistado sostuvo: “Fue difícil ponerme en los zapatos de San Martín porque me enseñaron que el actor tiene que conocer al personaje y, a medida que lo va conociendo, lo tiene que comprender y luego debe aprender a convivir con el personaje. Pero con el tiempo aprendí que lo primero que uno tiene que hacer como actor y persona es conocerse, comprenderse y aprender a vivir con uno mismo, lo cual a veces no es fácil, eso se debe transferir al teatro para creer que la vida y el teatro van de la mano, yo lo siento así”.
Con el personaje del Prócer, Tino se presentó en toda la provincia de Mendoza, vino varias veces a Malargüe y también pasó por Santa Fe, “pero más que nada anduve por la zona de Cuyo”, precisó. “Los mendocinos son muy ingratos porque hablan de San Martín y se lo apropian pero la gesta la hace con los cuyanos, no con Mendoza, que lo haya hecho en el campo histórico del Plumerillo es fundamental, esa es la cuna del Ejército de los Andes pero sin granaderos como los puntanos no hubiera podido ir a San Lorenzo, donde la mayoría de los granaderos eran puntanos y eso lo fui aprendiendo en mis contactos con la investigación, cada vez que voy a un lugar aprendo”.
Por último, Tino hizo referencia al hecho que “el actor se tiene que comer al personaje, eso me parece fundamental, todos los días hay que disfrutarlo, degustarlo y lo que he hecho es guiarme por los distintos autores y después por la intuición, la virtud de un actor es la intuición”.