Por Mayra Ferreyra
El hecho ocurrió hace un año, en la madrugada del 6 de agosto, cuando supuestamente tres hombres fueron a pedirle al anciano dinero para comprar bebidas alcohólicas. Quedaron imputados por el delito, José Daniel Narambuena (46), Martin Rodrigo Rivero (18) y Pablo Valenzuela (16).
En el marco del juicio, los acusados y algunos testigos declararon ante los magistrados en la sede local del Juzgado de Familia. El menor de edad lo hizo acompañado de su madre.
Una vez concluidas las exposiciones, la abogada defensora de Narambuena, Mariela Herrera, manifestó que le llamó mucho la atención “la mala actuación de la policía porque la noche del hecho se detuvo a varias personas y, por la cantidad de pruebas que hay, no sabemos si efectivamente tenemos a los que serían los verdaderos involucrados”.
“He visto muchos errores policiales en los procedimientos. Yo estoy convencida de que Narambuena no ha tenido nada que ver ya que presentaba un estado de ebriedad ese día. Él padecía la enfermedad del alcoholismo; estaba todo el día borracho y, en consecuencia, introdujeron cosas en su casa que lo involucran, como una garrafa robada a Sobarzo. Además varios testigos se arrepintieron y cuando declararon no nombraron a mi defendido en ningún momento nombran a mi defendido”, puntualizó la profesional.
Por su lado, el abogado de Rivero, Leonardo Medaura, comentó que “si bien se ha acreditado que él puede haber participado del robo no así respecto al homicidio. Mi defendido participó esperando que sacaran los objetos sustraídos pero no sabía cuáles eran las consecuencias del homicidio, en el que sí intervino aparentemente Narambuena”.
El último de los imputados en declarar fue Valenzuela. De acuerdo a sus dichos, él se quedó afuera de la vivienda del abuelo junto a Rivero, mientras Narambuena ingresó por la fuerza a la casa y golpeó a Sobarzo y luego les pasó la garrafa y la chanchita que le fueron robadas. “Escuché que pedía ayuda y gritaba como si lo estuvieran ahorcando. Luego dejé las cosas en la casa de Narambuena y me fui”, testificó el menor que, además, sostuvo que el hombre tenía las manos con sangre y lastimadas.
El tribunal también indagó a Valenzuela por las heridas que él tenía en sus manos, según las pericias del pediatra José Barboza, que revisó al joven luego de ocurrido el asesinato; pero este respondió que eso se debía a que se había caído de su caballo la tarde anterior al hecho.
Entre los testigos, se hicieron presentes familiares y vecinos de Narambuena y su amigo Segundo Moya, quienes confirmaron que el acusado sufría la enfermedad del alcoholismo.
El juicio continuará en la ciudad de San Rafael y se espera la sentencia para el próximo lunes, según lo expresado por Ariel Hernández, uno de los jueces de la causa.