La misa tuvo lugar en la Parroquia “Nuestra Señora del Rosario”. Una vez finalizada, se le rindió reverencia en la puerta de la iglesia con incienso y ofrendas, mientras comparsas bolivianas danzaban venerando a su patrona. Luego los devotos comenzaron una procesión paseando a la Virgen de Copacabana por el centro de la ciudad.
El padre Luis Sanjurjo Vicario de esa parroquia, explicó en diálogo con éste medio que la Virgen llegó a Bolivia con la venida de los misioneros, durante los primeros años de la colonización. Cuando fruto de la fe, un nativo del pueblo Inca esculpió una imagen de la Virgen, pero se retiró avergonzado ante la burla que los presentes hicieron de su escultura. Luego, para su propia sorpresa la imagen comenzó a convocar a la gente, cumpliendo gracias y milagros.
El padre Luis también comentó que junto con el padre Jorge Gómez, hace 5 años atrás, trajeron una imagen de la Virgen desde el mismo santuario ubicado a orillas del Lago Titicaca, donde fuera esculpida por el nativo la primera imagen.
Sobre la comunidad boliviana en Malargüe el padre Luis pronunció: “Lo que rescato es la sencillez y la humildad que los lleva a mantener esa fe y a identificarla con su patria natal, porque también es el día de la Independencia de Bolivia, así es que han unido la fe a la Virgen y el amor a la patria”.
La familia Sepúlveda tuvo la imagen de la Virgen en su hogar por el lapso de un año, es decir, fueron los pasantes de la Virgen. Cabe mencionar que la novena se rezó en la Parroquia del Carmen a fines de julio y a principios de agosto se continuó en el hogar de la familia pasante.
José Sepúlveda comentó que conoció a la Virgen de Copacabana estrechando vínculos de amistad con varias familias del hermano país. Cuando lo invitaron a participar de la misa, el ofreció su movilidad para pasear a la Virgen en el centro de nuestra ciudad. Y en esa oportunidad él le pidió que protegiera a su familia y como la Virgen así lo hizo, su fe se acrecentó. “En 2015 cuando Sergio Cruz organizó la fiesta en las chacras, fui bendecido por Dios y la Virgen de ser pasante, y la he tenido un año en mi casa” expresó Sepúlveda.
Además, dijo que a mucha gente le sorprendió que una familia de Malargüe pidiese ser pasante de la patrona de Bolivia y ofrecerle un agasajo al año siguiente, según lo marca la tradición. En la misma línea explicó que la celebración es una forma de agradecimiento de los devotos hacia la protección y los cumplimientos que la Virgen de Copacabana ha brindado.
Sobre los deseos hacia toda la comunidad boliviana residente en Malargüe José Sepúlveda exclamó: “Les deseo que tengan unión y que se hagan valer porque hay que ser realistas, el esfuerzo que ellos ponen para trabajar, con viento, con lluvia, con frío, mucha gente de acá no lo hace. La Virgen es la patrona de Bolivia y de algunos argentinos también, porque yo me considero tanto argentino como boliviano, nos divide una frontera nada más. Pero la Virgen es muy poderosa para quien quiera pedirle” finalizó emocionado.
Asimismo el padre dijo: “Desearles lo mejor a ese pueblo de tanto sacrificio y tan sufrido. Tal es así que se han tenido que venir de su tierra a la Argentina para buscar un futuro mejor para sus hijos, para su familia. Desearles que sigan progresando y creciendo acá; que se sientan como en su casa por medio de la Virgen y de la fe.”