El merendero “Corazones Judokas” recibió una importante donación. Se trata de ropa, libros, calzados y demás.
«Casi todas las cosas buenas que suceden en el mundo, nacen de una actitud de aprecio por los demás”, dijo cierta vez el Dalai Lama. Y así sucedió con esta historia que comenzó en uno de los tantos lugares paradisíacos con que cuenta nuestro departamento. Muchas veces, la inmensidad y fastuosidad de la naturaleza nos hace reflexionar y ver cuán pequeños somos pero cuánto bien podemos hacer con algunas acciones.
Paola Raffaelli vive en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es publicista y productora de seguros y disfrutó de nuestra cordillera los primeros días de marzo. Compartió un cruce de los Andes con el judoca Nicolás Parasecoli, quien, fogón de por medio, entre tantas cosas, le contó el trabajo que está haciendo la escuela municipal en la que participa. Se trata del merendero “Corazones Judokas”, el cual funciona desde hace 7 meses y surgió de un alumno de esta institución que veía la necesidad en su barrio. Desde entonces, la Escuela Municipal de Judo comenzó a colaborar. “La idea es tratar de estirarlo hasta donde se pueda, desgraciadamente asisten muchos chicos”, dijo Pablo Villarruel, quien está a cargo de la escuela.
De manera simple y sencilla, Paola explicó cómo inició esta colecta, entre su gente más cercana, para estos pequeños malargüinos. “Todo lo que contó Nicolás me inspiró a poder darles una mano, estar en ese lugar en el cruce con tan poco y poder ser tan feliz, cómo no vamos a poder ayudar a estos chicos que tanto necesitan; y la realidad es que, si bien en Buenos Aires hay muchísimos chicos que necesitan, también hay muchos más recursos que a Malargüe no llegan”.
Paola aún no sale de su asombro por la excelente respuesta que recibió de sus allegados como de la dimensión que tomó su acción, “estoy sorprendida con todo esto, no me lo imaginé nunca, ahora resta hacer todo lo posible para que esos chicos tengan una sonrisa cuando reciban esto”.
Por cuestiones laborales, Paola no va a poder estar cuando los chicos del merendero reciban todo lo que logró juntar (ropa, libros, calzados y demás), pero sí estará el 17 de agosto, cuando los integrantes de la Escuela Municipal de Judo viajen hasta El Cortaderal, aprovechando su fiesta, para llevar parte de las donaciones, “ese día voy a viajar seguro pero voy a tratar de viajar antes al merendero para jugar con los chicos, escuchar qué necesidades tienen, qué les gustaría y, en base a eso, poder ayudar desde lo edilicio, la educación, la docencia. Hay mil cosas que se pueden hacer”.
“Esto recién comienza, es un camino de ida que va a continuar” expresó Paola, mientras recordaba un viaje que no solamente le cambió la vida a ella sino también a muchas familias malargüinas.
Por último, también cabe destacar que la empresa Expreso Malargüe será la encargada de transportar todas estas donaciones desde Capital Federal hasta nuestra localidad, en forma totalmente gratuita.