Las mismas caras que permanentemente se reciclan en los cargos y se enriquecen, 20 años de peronismo en Malargüe es demasiado tiempo. Del empacho y del fastidio comienza a surgir una nueva clase política en la Argentina y en Malargüe también. Personas cansadas de ver al país ir de un extremo a otro, como el vaivén de un péndulo, o cansadas de crisis, y de escuchar a los mismos «sospechosos y Ñoquis de siempre».-
Soñar un nuevo modelo de perfeccionar la política, es posible. Hay un fastidio en la sociedad de Malargüe de ver un departamento que no está a la altura de su potencial. El hartazgo que no nos produzca una invalidez, sino un empuje de optimismo de que todo se puede, solo hay que intentarlo.
Hay argentinos en condiciones de votar nacidos a partir de 1965 que votó siempre y, los que nacieron a partir de 1983 y vivió siempre en democracia. Una realidad es que en 2015, alrededor de 50% del electorado tendrá 40 años o menos, allí hay una mayoría que, por ejemplo, nunca convivió con Perón pero si con los oportunistas disfrazados de peronistas, esto que parece una simple realidad demográfica debe ser aprovechada para irá dejando atrás un nefasto contexto político actual. Una dirigencia nueva surgirá de distintos ámbitos ya que el paso del tiempo es inevitable y una nueva generación democrática pide pista.
La nueva clase de dirigente estará además constituida de políticos de la vieja estirpe, que con aptitud de servicio seguirán pretendiendo trabajar por la construcción de un país más previsible; hay gente meritoria en la política que inclusive aguanta más las frustraciones por percibirlos más de cerca. Hoy se ha reemplazado el grito estéril «que se vayan todos», por de «que se metan todos», hay una convicción creciente de que con mayor contribución ciudadana, políticos con conocimiento y experiencia y gente nueva se puede obtener un país creciente.
Gente meritoria hay en todos los ámbitos, no interesa el comienzo, sino que todos pretendan trabajar, con la visión puesta en el futuro, por el mismo destino. Pero la clave del éxito será la honestidad y la humildad, la capacidad para escuchar y el deseo de ser un servidor público con la ambición de mejor y reconstruir uno de los mejores países del mundo, y también poner en valor todas las ventajas comparativas que hoy posee Malargüe.-
La gran cuestión de base de nuestra política es abandonar aquello de ser de derecha e izquierda. Será entre los que ven a la política como un ejercicio de reclamar y los que la ven con ambiciones y codicias. Hoy están los que se levantan a la mañana pensando ¿de quién es la culpa?», en eso el kirchnerismo es el que llevó la política del reclamo y la victimización a su máxima expresión y la permanente búsqueda de culpables requiere mirar hacia atrás.- Esto se acentuó en la última década,
Poder lograr que el pasado retroceda a ocupar el lugar que especialmente le pertenece: el del pasado, aprendiendo de él, pero también dejándolo atrás. Así se abre un horizonte para la política que permite, finalmente, dirigir la mirada hacia el futuro.
Entender que una nueva forma de gobernar es posible, solo hay que intentarlo. Gobernar es encarnar la voluntad popular…..!!!. Entenderán este ejemplo las figuras políticas de nuestro gobierno municipal.- Funcionarios que transitan por los caminos de la impunidad, asumiendo que son al la cara visible del pueblo y su persona importa más que su gestión. Por eso la crítica al gobernante es por la traición de parte de aquellos funcionarios municipales que apelando a la impunidad y corrupción viajan a ESPAÑA con todos los gastos pagos con fondos municipales a un congreso de pedagógico……o turistiar..(sic!!!!!!!) …….serán ¿docentes?. Mientras el jardín del Campus Educativo padece una crisis hídrica por la falta de un repuesto de una bomba de agua,………. tampoco hay nadie que se incline a sacar agua de la acequia…..!!!!!!!!!!!!!
Administrar en el Malargüe y en la Argentina del futuro, será gestionar desde la honestidad. Sin embargo aunque la palabra esté falta de esa carga famosa, si la gestión es buena o mala adquiere implicaciones monumentales. De ella depende que los ciudadanos vivan en un territorio donde la inseguridad, la educación, la inflación sea política de estado.-. El saber gestionar puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, es sencillamente, mejorar la calidad de vida de la gente sin hipotecar el largo plazo ni promover divisiones y sin la pretensión mesiánica de salvar al departamento y al País.
Finalmente se debe entender que el político NO es más importante que el elector, que lo que realmente importa son los intereses de los ciudadanos y no los de la casta funcionarios y dirigentes alejados del marco de la honestidad.
Es hora de empezar a ver al Malargüe y al país de otra manera, no sólo para abrir la puerta al surgimiento de nuevas fuerzas y figuras, sino además para que cuando lleguen otros no nos tomen desprevenidos.