El proyecto consiste en facilitar la rehabilitación de los discapacitados a partir del trabajo con caballos. Este tipo de terapia estimula la parte psicomotriz, el equilibrio, la sociabilidad y las partes del cuerpo que se encuentren afectadas por diferentes circunstancias.

Los beneficios están dados por el contacto con el animal que debe reunir ciertas características específicas evaluadas por un veterinario.

Técnicas que se realizan en base a las características de cada persona

La hipoterapia se pone en práctica con quienes estén muy comprometidos en el aspecto psicomotriz.

La montaterapéutica involucra a los que utilizan sillas de ruedas y exige la compañía de tres personas y un instructor.

La equitación se desarrolla cuando el individuo logra desenvolverse solo arriba del caballo, sin ningún tipo de ayuda de terceros.

Tratamiento

Cada una de las actividades no debe ser inferior a 45 minutos y la cantidad de veces que, por semana, puede aplicarse la terapia es decisión de los padres de acuerdo a sus tiempos y dinero disponible.

Cabe mencionar que esto es complementario de distintos tipos de tratamientos como fonoaudiología, kinesiología, entre otros, a los que deben asistir semanalmente.

Lo aconsejable es que administren la semana de manera tal que realicen una terapia por día y así puedan cumplir con las demás tareas paralelas.

El proyecto “Un sueño compartido” en Malargüe

La idea nace en el mes de agosto del 2014 de un grupo de papás que vieron la necesidad de contar con este tipo de terapia en el departamento. Actualmente trabajan alrededor de 16 personas en el proyecto.

equinoterapia-equipo

Paola Valente, Carla Riquelme, Milena Vincent, Raúl y Facundo Plancich son quienes se capacitaron como instructores de equinoterapia. Ellos hicieron un curso intensivo, durante noviembre del año pasado, en la Fundación de Equinoterapia Argentina que está instalada en la provincia de Córdoba.

La instructora Valente comentó a Malargüe a Diario que el viaje, la estadía, el transporte y la comida fue costeada de manera particular por cada uno.

Además, agregó que Raúl Plancich donó una finca para desarrollar la actividad. El lugar se encuentra en el barrio Virgen de los Vientos y ya han concretado allí algunas modificaciones pero faltan otras para atender bien a los chicos.

En este sentido, especificó que necesitan construir un “picadero” acorde para la ejecución de las terapias. El mismo consiste en un espacio cerrado y con una dimensión aproximada de 25 por 50 metros, donde se hacen todas las actividades en los días fríos.

También, dijo que requieren un salón de usos múltiples con baños para realizar el trabajo previo a la terapia.

Para la organización del predio cuentan con la colaboración de la arquitecta Roxana Travaglini mientras que los controles veterinarios fueron realizados por Lisandro Jaeggi.

Por su lado, Riquelme explicó que ni las dificultades ni las edades limitan dicha práctica, puesto que tienen los instrumentos necesarios para contener a cualquier persona. Para ejemplicar, sostuvo que para los chicos que tienen muy comprometida la columna vertebral poseen chalecos de refuerzo y cuellos ortopédicos.

Un detalle no menor es que todos los niños que deseen realizar la terapia deben ser evaluados previamente por su médico de cabecera y contar con un seguro por cualquier eventualidad.

Las instructoras aseguraron que el caballo es una herramienta maravillosa, ya que es un animal sanador y con él se logran estímulos únicos, que no se consiguen en otras terapias.

“Esto genera desde una mínima sonrisa hasta lograr a que el niño aplauda, baile y demás. La evolución es excelente”, expresó Riquelme.

El objetivo original era que la equinoterapia fuera sin fines de lucro, pero la realidad es que tienen que afrontar muchos gastos. Al respecto, Valente señaló que aún no definen el aspecto económico pero, a modo de referencia, citó que en otras provincias el valor de este tratamiento es de $250 cada sesión.

Respecto a las necesidades que quedan por cubrir, apeló a la voluntad de quienes quieran colaborar con mano de obra o donar materiales de construcción, entre otras cosas que puedan brindar y agradeció a quienes ya lo han hecho.

Aquellos que deseen ayudar a la organización pueden comunicarse con “Un sueño compartido” a través de la red social Facebook.

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