La principal zona afectada fue el paraje El Manzano, ubicado a unos 100 kilómetros al suroeste de la ciudad de Malargüe. La fuerte tormenta comenzó el domingo pasadas las 17:30 y minutos después los pobladores de la zona quedaron aislados e incomunicados, ya que la señal de telefonía celular dejó de funcionar.
Ante este panorama, personal de Defensa Civil se trasladó de urgencia hasta el lugar, pero la ruta 40 presentaba cortes en la zona de Chalahuen. Además, si bien los problemas más serios se registraron en El Manzano, la ruta 221 también presentaba dificultades. Una vez que terminó la tormenta, maquinaria de la empresa OPS que se encontraba realizando trabajos en la zona, se movilizó y despejó el camino lo que permitió que las camionetas con ayuda pudieran llegar hasta la zona afectada.
En diálogo con Malargüe a Diario, el encargado de Defensa Civil en Malargüe, Damián Contreras, informó que el problema fundamental fue la cantidad de agua que ingresó a las viviendas. “Algunos pobladores tuvieron que realizar agujeros en las paredes de sus casas para evacuar el agua de las mismas”, afirmó.
Señaló que allí se evaluaron los daños y necesidades. Hasta el lugar se trasladó un camión de servicios públicos con agua potable y un atmosférico. Además una retro excavadora habilitó los accesos para llegar a los habitantes de los distintos puestos de la zona. También llegó personal de salud del Hospital Regional y del área sanitaria. En tanto que el intendente Agulles fue parte de una de las comitivas que se hizo presente en el lugar para realizar el relevamiento.
Sobre las necesidades de los pobladores afectados, el funcionario indicó que se le ha solicitado a la provincia colchones, frazadas y ropa. El traslado y la distribución de la ayuda estarán a cargo de Vialidad Nacional y Gendarmería. Ante la necesidad de ayuda, jóvenes de la Cámpora colaboraron con los damnificados.
Las lluvias del fin de semana no sólo afectaron El Manzano, el camino a Castillos de Pincheira también se vio perjudicado e incluso un camión con carga quedó enterrado, como consecuencia de la bajada de agua.
La semana pasada el gobernador Francisco Pérez, acompañado por la directora general de Escuelas, María Inés Abrile de Vollmer, y el ministro de Infraestructura, Rolando Baldasso, dieron inicio al comienzo del ciclo lectivo inaugurando la escuela Albergue Alberto Einstein, ubicada en dicho paraje. Este edificio escolar también se vio afectado por la fuerte tormenta.
La empresa que tiene a cargo la obra aún no ha terminado una pared que forma parte del cierre perimetral del colegio y por allí ingresó el agua que bajaba de los cerros (Para ver el video haga clic aquí). Líquido y barro entraron por la puerta de emergencia, según explicó a este medio la directora de la escuela Nancy Guajardo.
Además comentó que el edificio escolar sirvió para albergar a familias y niños que necesitaron resguardarse. En el momento de la tormenta en el colegio se estaban albergando a 18 niños y ninguno resultó con lesiones.
El coordinador del área sanitaria de Malargüe, Cristóbal Villar, se trasladó hasta la zona afectada. “Vinimos en una ambulancia y en una camioneta, hemos recorrido la ruta 221 que va hacia El Alambrado y Puesto Mancilla y toda la gente está bien, como así también en la zona de El Manzano hacia el oeste. Sólo han sido daños materiales, no hay problemas en lo que respecta a salud”, puntualizó.
Casas llenas de barro y agua, puestos al solo resguardo de perros, prendas mojadas colgadas al rayo del sol, animales muertos y gallineros vacíos son parte de la triste realidad que les ha tocado vivir a los lugareños. Mirta Muñoz es una de las damnificadas, ella vive en El Manzano y narró la situación que le tocó vivir.
“Cuando los chicos salieron de la escuela comenzó a llover con granizo y pensamos que no iba a ser tanto, pero cada vez fue más fuerte, fue impresionante. El agua empezó a correr por el patio y entraba por la puerta, cuando quisimos salir ya no podíamos porque corría mucha agua”, explicó Mirta.
Ella se encontraba sola con sus hijas porque su esposo está en la veranada y al ver que su casa se inundaba salió con ellas por una ventana.
“Envolví a mis tres niñas de 10 meses, 8 y 10 años en una frazada y nos cobijamos debajo de una piedra, estuvimos ahí más de una hora esperando que pasara la tormenta”, relató nuestra Muñoz.
Si bien los puesteros de la zona tienen sus animales grandes en la veranada, allí, en los puestos, los animales más chicos como las gallinas no soportaron la fuerza de la tormenta. Mirta tenía su huerta en el patio, pero esta fue arrasada e incluso se derribó un galpón.
Muñoz se mostró resignada ante el triste panorama y, de a poco, junto a sus hijas, recorrió el lugar para ver qué servía y qué le faltaba. Su vivienda, 24 horas después de la tormenta aún seguía enlagunada, por lo que debió albergarse en otra casa.
Los habitantes más antiguos del lugar nunca habían visto una tormenta de estas características y si bien entre todos se han ayudado, nadie les garantiza que esto no vuelva a ocurrir, porque en los últimos meses esta es la tercera tormenta que castiga a distintas zonas rurales de Malargüe.